La programación incluye 26 espectáculos para adultos y niños que se estrenaron en la temporada 2021 en las salas independientes. Entre las obras se encuentra el unipersonal Casi Dahiana, dirigido por Anthony Fletcher y escrito y protagonizado por Leonor Chavarría. La puesta muestra a una muchacha que vive en el campo y fue abandonada por su madre, y que debió quedarse con su padre al cuidado de los animales. La figura del agua y las inundaciones juegan un importante papel simbólico en el destino del personaje.
Sobre la dualidad campo-ciudad y en tono de comedia puede volver a verse Como si pasara un tren, puesta dirigida por Álvaro Correa y Virginia Marchetti, que es un clásico del teatro La Gringa. De la dramaturga argentina Lorena Romanin, la obra explora la vulnerable relación de una madre y su hijo, que viven en una ciudad del interior y todo cambia cuando llega una sobrina de la capital.
También podrá volver a verse El tiempo sin libros, puesta que se pregunta sobre la memoria y los recuerdos, en referencia a la dictadura cívico-militar y sus consecuencias en la sociedad. Cuenta con la dirección de Cecilia Caballero y la dramaturgia de Lene Therese Teigen.
Collar de perro, con texto y dirección de Andrea Treszczan, también se cuestiona sobre nuestro pasado reciente. Muestra la historia de las hijas de un genocida que cumple prisión domiciliaria y aguarda sentencia, mientras preparan su cumpleaños número 80 entre diversos cuestionamientos.
También se podrá asistir a dos producciones del Teatro Circular: Ricardo III –versión del clásico de Shakespeare dirigida por María Varela y protagonizada por Moré– y Cock, del dramaturgo inglés Mike Bartlett, dirigida por Alberto Zimberg. Esta última supone una exploración profunda acerca de las relaciones de pareja y la identidad sexual.
Asimismo, también podrá disfrutarse la exitosa puesta Del otro lado del mundo, dirigida por Emanuel Sobré, escrita por Camila Diamant y protagonizada por ella junto con César Troncoso. La obra se centra en la relación espontánea entre dos seres solitarios y nocturnos que buscan reconstruir sus futuros mientras escapan de la soledad que los agobia. En la misma línea de personajes marginales, se presenta El loco y la triste, del dramaturgo chileno Juan Radrigán, con la dirección de Fernando Rodríguez Compare. La puesta narra el encuentro y la historia de amor que se construye entre una prostituta renga y solitaria y un alcohólico a punto de morir de cirrosis, con interpretaciones de Marcelo Ricci y Alessandra Moncalvo.
Niñez en la platea
El festival cuenta con varias obras de títeres y puestas de teatro para niños. Es el caso del montaje Vida en tres cuadros, de Federico Machín y Sergio Gorfain, que narra la vida de una persona a través de muñecos. Se destaca particularmente el trabajo de manipulación, que juega con el desdoblamiento entre manipulador y objeto, pero también la iluminación y el diseño sonoro. También podrá disfrutarse la versión de Los soplados, de Florencio Sánchez, con la dirección de Ausonia Conde, a cargo del reconocido grupo Títeres Cachiporra. El texto fue escrito por Sánchez cuando tenía 15 años y relata en tono de farsa su experiencia como escribiente en una comisión gubernamental de la ciudad de Minas. El equipo la reconstruye utilizando títeres, objetos y teatro de sombras. Otra propuesta de Cachiporra es el montaje Abelardo, el hombre que jugaba, que cuenta la historia de Abelardo Caballero, un singular vecino de Montevideo que viajaba en su bicicleta para animar a jugar juegos clásicos como trompos, payanas, bolitas, rayuelas y molinetes. Se lo veía recorrer la Villa del Cerro, en la que construía molinetes para decorar su bicicleta o estimular a los niños. Otra puesta muy interesante, que explora las posibilidades plásticas y musicales y de las artes escénicas para niños y niñas, es La rimbombante travesía del ropero disparate, escrita y dirigida por Paula Villalba y Pablo Pinocho Routin. Se trata de un montaje que apuesta fuerte a la imaginación y está dirigido al público más pequeño.
Perspectivas de género
Algunas puestas que se reponen en esta oportunidad exploran la condición sexogenérica desde diferentes perspectivas, y pasar por la experiencia de verlas invita a reflexionar sobre una temática que duele. Una de ellas es Era como que bailaba, de Raquel Diana, protagonizada por Elisa Fernández. Se trata de un monólogo que rescata al personaje de María de la clásica obra Woyzeck, de Georg Buchner; personaje y actriz dialogan para poner en cuestión la condición de la mujer y la dueñidad, con gran performance actoral y musical de Fernández.
En otro tipo de abordaje, Doméstica realidad, con la dirección de Florencia Dansilio, muestra en varios cuadros la realidad de las empleadas domésticas. Esta puesta fue construida con base en varias entrevistas e incorpora el material de la realidad a la ficción. Con humor y parodia, la obra devela las diferencias de clase y las injusticias que rodean la tarea doméstica, aún vinculada a lo femenino.
Varios montajes incorporan el lenguaje del clown y las técnicas circenses. Uno de ellos es Boticario, pequeñas historias de payasos de hospital, del grupo Opa Payasos, pensada para todo público. Fascia, dirigida por Patricia Dalmás, nace como una investigación escénica y colectiva. Es una apuesta interdisciplinar que incorpora lenguajes como el teatro físico, la danza contemporánea, la danza aérea, las artes visuales, la música y el diseño de iluminación, mientras se pregunta sobre la multiplicidad de los cuerpos. Triunfo molecular, dirigida por Valentina Britos, comparte el concepto de pieza en proceso interdisciplinar, incorporando danza y teatro para constituirse como un musical en construcción. El circo olvidado, de Alejandra Weigle, se inspira en la memoria del circo criollo. El espectáculo fue premiado en la Bienal de Teatros del Interior.
Como en botica
La lista de títulos parece interminable. Habrá 97 compañías y grupos que visitarán los barrios Malvín, Centro, Goes, Punta Carretas, Cerro, Casavalle, Peñarol, Belloni. Otras obras recomendadas por este semanario son Shejitá, de Analía Torres, dirigida por Ximena Echevarría, que explora las posibilidades de un teatro sensorial y plástico; Nuestro hermano, del dramaturgo español Alejandro Melero, con la dirección de Javier Iglesias, que explora con ternura las relaciones familiares y los vínculos con la discapacidad; Un océano, escrita y protagonizada por Virginia Caputi, un monólogo que presenta con mucho humor los amores y la locura de una mujer; Las aventuras de Serafín, de Susana Anselmi, un espectáculo para niños que incorpora música en vivo; Malevos, de Juceca, con la dirección de Juan González, y La cueva de los monstruos, dirigida por Willy Quimpos. Para consultar otras funciones se puede ingresar a la web de la Intendencia de Montevideo y explorar la agenda cultural. Por suerte, habrá teatro para todos los gustos.