Los televidentes británicos, acostumbrados a reality shows como Gran Hermano y certámenes de talento en todas sus variantes, se vieron sacudidos por el regreso de Sex Box, un programa trasmitido por Channel 4 y conducido por el popular Steve Jones, en el que las parejas mantienen relaciones sexuales dentro de una gran caja y luego se someten a una especie de terapia con especialistas, con quienes discuten sus “secretos de alcoba” (ya no tan secretos) para ponerle más condimento a su relación.
Todo comienza con una charla, en la cual los protagonistas –acompañados por un grupo de personas desde la platea y millones de televidentes desde sus hogares– cuentan al equipo profesional sus fantasías sexuales, para luego trasladarlas a la “intimidad” en una suerte de dormitorio totalmente equipado, cerrado y a prueba de sonido. Finalizada la actividad, los participantes regresan al líving, y basándose en la premisa de que “las parejas son más abiertas y comunicativas después del sexo”, tratan temas importantes y muchas veces tabú, como los miedos, el desempeño de su pareja y las contrariedades, los métodos de profilaxis, entre otros.
“De acuerdo a una encuesta realizada por Sex Box, el 70 por ciento de nosotros (los británicos) queremos tener una vida sexual más arriesgada”, comienza diciendo una voz en off mientras la pantalla del televisor es bombardeada con imágenes eróticas. “¿Entonces, por qué somos tan reprimidos?”, cuestiona, dando paso al presentador que introduce a los especialistas y presenta a los primeros invitados de la noche.
En la primera edición de la nueva temporada, Faye, una estudiante que quería tener relaciones sexuales con una mujer por primera vez, apareció acompañada por una chica bisexual que había conocido hacía poco tiempo. Ambas, ya aconsejadas por el equipo de sexólogos y parte del público, accedieron a concretar la aventura en la gran caja. Una vez encerradas y en “privado”, el programa continuó con estadísticas, testimonios, y una nueva pareja con otra historia, que más tarde ingresaría a otra caja idéntica. Habiendo terminado con lo suyo, ambas chicas regresaron al estudio, compartieron el resultado de la experiencia (orgasmo sí o no, y cómo) y aceptaron consejos. Lo mismo sucedió con la segunda pareja. Pero el ambiente se enrareció un tanto cuando una tercera pareja, cuyos amigos se encontraban entre el público, fue filmada desde dentro de la caja por una cámara fija situada frente a la cama, ambos desnudos y cubiertos apenas por las sábanas. Luego de una serie de preguntas indiscretas, les pidieron que evaluaran el encuentro sexual. Pero eso no fue todo, al finalizar el programa, luego de un stand up que involucraba emoticones socarrones, el presentador dio paso a una grabación en la que un hombre disfrazado de pene irrumpía en espacios públicos eyaculando papeles dorados sobre transeúntes. Raro, ¿no?
La última transmisión de la primera temporada fue en 2013, por lo que ya nadie recordaba el programa. Pero desde el regreso a principios de abril, las redes sociales convulsionaron con comentarios y opiniones de todo tipo; están por un lado quienes la consideran una propuesta educativa y entretenida, por otro los horrorizados e incómodos, y por supuesto, tampoco faltan a la cita los morbosos que quedaron con ganas de entrometerse un poco más en la intimidad de los participantes.