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Tropezón no es caída

La incapacidad del Partido Republicano para aprobar una ley de la salud asestó al presidente Donald Trump el segundo golpe penoso en los dos primeros meses de su mandato. El fiasco es prueba de la fractura profunda en los dos principales partidos de la política estadounidense y, paradójicamente, podría abrirle una oportunidad al presidente.

“Nadie sabía que la salud podía ser algo tan complicado”, declaró Trump / Foto: Afp, Nicholas Kamm

Durante ocho años los republicanos, conservadores, libertarios y ultras de la derecha se la pasaron protestando contra la reforma del sistema de salud de Estados Unidos promovida por el Partido Demócrata y promulgada por el entonces presidente Barack Obama. Desde la aprobación de la ley, la consigna de “revocar y remplazar” (repeal and replace) fue el mantra que unificó al Tea Party, las facciones más moderadas, los políticos más astutos y a la insurgencia de Donald Trump, mientras la legislación, conocida como “Obamacare”, fue aplicándose con problemas, defectos y virtudes.

“En el primer día de mi presidencia revocaremos el Obamacare, y le pediré al Congreso que nos envíe una ley de remplazo que nos dará un sistema de salud para todos, con precios asequibles y los mejores servicios”, p...

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