—Arderá el viento comparte bastantes cosas con Cámara Gesell. Ambas novelas tienen un registro similar y esa idea de la Villa como un sitio donde suceden muchas cosas. Hay violencia, hay corrupción…
—Sí, lo que sucede en todo pueblo chico…, en todo pueblo chico y en todo pueblo grande, en realidad. Y, además, creo que la Villa actúa como metáfora de una realidad que nos contiene, la realidad que todos vivimos. Un sitio en donde todo se cifra en esta tríada –sexo, dinero, poder–, algo que está dicho en la novela, o narrado a través de ella. Y creo que es así, que el motor del hombre cabe en esa tríada y es lo que define a nuestra sociedad.
—Sí. Y en esta novela en particular prima la violencia.
—Es que nuestras sociedades son violentas, y nuestra literatura es violenta también. En ese senti...
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