En la noche cerrada, Yonathan piloteaba a toda velocidad una moto ruidosa por un camino vecinal que queda a unos 15 quilómetros de la ciudad. Su colega Iván viajaba en el asiento del acompañante, cargando una mochila con lo que restaba de tres ovejas sustraídas a una estancia de la zona. No sabían que a esa hora –cerca de las 23.30– del 21 de setiembre de 2020 alguien ya había telefoneado a la seccional. Una camioneta de la Brigada Especial para la Prevención y Represión del Abigeato (BEPRA), con tres funcionarios a bordo, esperaba con las luces apagadas sobre la banquina del camino de tierra. La moto pasó frente a ellos sin detenerse. Los policías optaron por disparar. Los motociclistas se desplomaron unos metros más adelante.
La Policía Científica recibió el aviso en torno a la medianoch...
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