Una escuela que le puede enseñar a cualquiera, independientemente de su condición, esa sería una definición básica pero muy elocuente de lo que significa este nuevo paradigma de educación inclusiva. La idea es una escuela para todos, donde los niños que tienen alguna discapacidad conviven con el resto en pie de igualdad. Un enorme desafío que enfrenta obstáculos de todo tipo, pero que ya empezó.
Hay palabras que se ponen de moda, que son invocadas en todos los discursos como una muletilla conceptual y que al cabo de un tiempo de uso indiscriminado parecen perder su vigor inicial, su capacidad de comunicar, su expresividad, y se vuelven paisaje. Un ejemplo típico es la palabra “inclusión”. Sin embargo, por más manido que esté, es un término que aún tiene mucho para decir en materia educa...
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