Una historieta en los archivos del terror - Semanario Brecha
El Fantasma, El Eternauta y la inteligencia militar

Una historieta en los archivos del terror

Archivo Berrutti, rollo 577, imagen 1304, año 1977.

El Fantasma, ese personaje de historieta cuya máscara sugiere una calavera y que vive en una caverna africana, es un vengador de la injusticia que combate a los malos. Nacida en 1936, la historieta se identifica parcialmente con los valores que María José Santacreu atribuyó a El Eternauta, historieta argentina creada en 1957, cuya versión netflixiana critica duramente por la ausencia de valores transmutados en antivalores dignos del presidente argentino, Javier Milei («Nevará siempre», Brecha, 9-V-25).

En Uruguay, El Fantasma encabezó una página de tiras cómicas publicada ininterrumpidamente desde mediados de los años cincuenta hasta finales de los años setenta por El Diario, un vespertino que, junto con el matutino La Mañana, distinguió las actividades editoriales y empresariales de la Sociedad Editora Uruguaya (SEUSA), impulsadas por los Manini Ríos (Pedro y Carlos), al frente de un conspicuo grupo de colorados riveristas, y el banquero italiano Gaetano Pellegrini Giampietro.

A las tiras de historietas de El Diario (Peloduro y El Ratón Mickey, además de El Fantasma) se atribuye, junto con sus páginas de deportes y su sección policial, claramente sensacionalista, el éxito de ventas a mediados de los años sesenta, que trepó a 100 mil ejemplares diarios.

La composición empresarial de SEUSA garantizó una línea editorial obsecuente con la política represiva de Jorge Pacheco Areco, y una francamente alcahueta con los militares de la dictadura. Con esos antecedentes, la mano anónima que modificó los diálogos entre el Fantasma y su esposa, Diana Palmer, en una edición de El Diario de setiembre de 1977, bien puede asimilarse al carácter de héroe colectivo que el creador de El Eternauta adjudicó a sus personajes. En una tira, Diana le comenta al Fantasma:

«—Espero que no te importe, pero dejé tu dirección para que me escribieran ¡por correo de los monos!

—¿Cuál es la buena noticia, Diana?

—El embajador Cari me dice que me dieron el empleo que yo quería en la Comisión de Derechos Humanos. Estoy muy contenta. Hacía mucho tiempo que esperaba.

—Te felicito. ¿Comisión de Derechos Humanos?

—En muchos lugares los presos son torturados en las cárceles, les niegan sus derechos…

En la cripta, el Fantasma medita con sus ancestros…»

El lapsus subversivo en la página de historietas de El Diario fue consignado en el parte especial número 92 del D-2, la usina de inteligencia del Estado Mayor del Ejército, firmado por el general Rodolfo Zubía, según el contenido de tres imágenes, las número 1.302 a 1.304 del rollo 577 del Archivo Berrutti.

«TEXTO: En publicaciones del diario “EL DIARIO” del mes de setiembre de 1977, en la sección “Historietas”, “EL FANTASMA”, lucen frases alusivas a los DERECHOS HUMANOS y a la TORTURA DE PRESOS EN LAS CÁRCELES con claro sentido tendencioso. Se adjunta al presente, fotocopia del mencionado diario con las frases de referencia.»

La «acción tendenciosa» de incorporar El Fantasma en la campaña contra el régimen militar tenía por lo menos un antecedente: la publicación en la página de avisos clasificados de El Día de un recuadro que decía: «Milicos putos». En esa oportunidad hubo toda una investigación que incluyó un interrogatorio en jefatura de los directores del diario y la suspensión por una edición. De esta otra «intervención ciudadana» no se conocen consecuencias. El salto cualitativo de la misión de El Fantasma contra la injusticia seguramente hubiera agradado a Héctor Germán Oesterheld, creador de El Eternauta, que por la época de la publicación de El Diario desapareció tras ser torturado en el centro clandestino El Vesubio. Meses antes habían desaparecido sus cuatro hijas, tres yernos y posiblemente dos nietos nacidos en cautiverio.

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