Una movida para crecer - Semanario Brecha
Con Juan Olivera, sobre el festival de jazz en el SODRE1

Una movida para crecer

Este 6 y 7 de noviembre se llevará a cabo la tercera edición del Festival Nuevas Músicas en la sala Hugo Balzo, en el que tocarán Alfonso Santini Quinteto, Juan Olivera Cuarteto, Felipe Ahunchain Cuarteto y Juan Ibarra Grupo.

Difusión

La escena de jazz joven se caracteriza por tocar semanalmente una música «viva» de intercambio constante, incluso con el público. ¿Cómo sentís que les afectó la pandemia?

—Si bien significó un freno, también fue como un respiro. Había que mirar para otros lados y nutrirse de otras cosas. Estuve cuatro meses fuera de la ciudad. No tocaba con nadie, solo yo con la trompeta, y daba clases. Me conecté con otras cosas. Hice huerta, empecé a hacer cerámica, iba a pescar. Cuando volvimos, fue como «wow, mirá lo que era tocar con otra gente». Había ganas nuevas. Este año no he parado de ensayar. Con el grupo de standards con el que estamos tocando todos los martes en Ducón venimos ensayando semanalmente desde finales del año pasado.

—Aun así, sacaste un disco durante esa pausa.

—Sí, el disco Interregno, con la banda El Arca. Fue un disco que grabé en Buenos Aires. La pandemia me ayudó a, finalmente, lanzarlo. Durante ese tiempo sin nada, al menos saqué eso. Y bueno, ahí está el título del grupo, El Arca, que se refiere a aquel fin del mundo…

—¿Qué te parece que conecta a este colectivo con el que ha generado el festival?

—Nos une algo generacional, el venir tocando esta música hace años e intercambiar constantemente. Hay una estética que no es la misma de los ochenta o los noventa. Es un jazz más abierto, podemos tomar cosas de diferentes géneros, pero en la composición ya hay una unidad. Tal vez no escuchás ni swing ni candombe derechitos, pero se respira esa atmósfera.

—Hay varios géneros en las capas más superficiales, pero siempre hay algo del jazz en cómo lidiar con el material.

—Nada es realmente señalable. Tal vez hay algo de candombe, pero no hay ningún tambor, o la batería está tocando superabierta. El tamiz del jazz pasa por el diálogo estético con lo que hoy en día pasa en el género con gente como Joel Ross, Immanuel Wilkins, Ambrose Akinmusire, Christian Scott. Ya no es tanto groove, es como que todo flota.

—¿Qué es lo que más te atrapa de las agrupaciones que tocarán este fin de semana?

—El grupo de Juan Ibarra llegó a un gran nivel. Expresan el espíritu de la música uruguaya de manera muy etérea, con una fineza muy particular. Es un sonido moderno y uruguayo a la vez. La música de Felipe es compleja y profunda, pero también lírica y simple, y juega con muchos géneros. Es algo para sentarse a escuchar. El grupo de Alfonso es el más carismático, es más para cualquier audiencia. Es muy melódico, alegre y contagioso, es hasta bailable.

—Sin duda va a ser un festival diferente a las otras ediciones.

—Creo que las condiciones están dadas para que se escuche y se vea a esta generación como de verdad es. Y en un teatro, algo que me parece importante. Esta vez somos todos músicos uruguayos y jóvenes. En Uruguay pasa que somos siempre los mismos, y esto trae una generación que está empezando y tiene mucho por delante. Yo siento que es una movida para crecer.

1.       Las entradas están a la venta en Tickantel, Abitab y en las boleterías del auditorio.

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