Con la aprobación en diciembre de 2013 de la ley 19.172, que legaliza la venta y el cultivo de la marihuana y establece la regulación estatal del mercado del cannabis, así como la producción, comercialización, tenencia y usos recreativos o medicinales de la planta, Uruguay generó –entre otras cosas– la necesidad de un nuevo perfil profesional: el del especialista en políticas públicas de drogas.
Se trata del primer país en establecer una política con esas características respecto de la marihuana, lo que coloca a Uruguay bajo la lupa de operadores, técnicos, investigadores y políticos de todo el mundo.
Estos argumentos dan el contexto al “Diploma en política de drogas, regulación y control” que la Universidad de la República lanzó a mitad del año pasado en convenio con la Junta Nacional de Drogas (Jnd) –por vía de la Secretaría Nacional de Drogas (Snd)–. Su objetivo es “contribuir al diseño e implementación de políticas de drogas sustentadas en conocimientos científicamente fundamentados y en el respeto a los derechos humanos”, especifica el plan de estudios redactado para la carrera.
Dado su carácter multidisciplinar –abarca desde el efecto de las drogas sobre la salud, la educación sobre uso no problemático de drogas, el marco normativo, etcétera–, en el diploma participan varios servicios universitarios (facultades de Medicina, Derecho, Psicología, Humanidades y Ciencias de la Educación, Ciencias Sociales, Química y Ciencias). La propuesta, de dos semestres de duración, está dirigida a egresados de todas esas facultades así como a educadores, e incluso se previó la inscripción de personas que no tengan título universitario pero que comprueben competencia y trayectoria en la temática.
Los cursos se imparten en el Espacio Interdisciplinario de la Udelar y están organizados en cinco módulos: drogas, políticas públicas, marco normativo, investigaciones y metodología.
“Hay que reconocer que en realidad fue la Jnd la que demandó e insistió desde un principio con esta propuesta de formación, la Udelar luego organizó los servicios”, explicó el sociólogo Rafael Paternain (Facultad de Ciencias Sociales), coordinador del nuevo diploma. Si bien por el momento no hay técnicos de la Jnd trabajando en el dictado de clases, la idea es que el equipo del Observatorio Uruguayo de Drogas pueda incorporarse de a poco al módulo de metodología, por ejemplo, dando talleres sobre técnicas de relevamiento de información.
NO TODO ES CANNABIS. Paternain aclara que si bien la idea surgió en el marco de estas nuevas políticas de drogas en el país y en medio de la gran discusión nacional sobre la marihuana, no está enfocado estrictamente en el seguimiento del proceso de la regulación del cannabis, sino que “va mucho más allá, centra la atención sobre las políticas de drogas y las políticas de regulación como un marco general”. Por eso junto al tema de la marihuana se abordan otras políticas que intentan regular o limitar el consumo de drogas como el tabaco (con la que Uruguay también alcanzó en la última década notoriedad internacional) y el alcohol.
Según el sociólogo, muchos de los interesados que se presentaron al diploma son actores sociales que ya están involucrados o participando directamente en el proceso de regulación de la marihuana, lo que deja en evidencia la “convergencia de intereses”. Al mismo tiempo, aclaró que él es más ambicioso con las posibilidades de la formación y el trabajo que puedan realizar en el futuro sus egresados: “Estaría buenísimo capacitar gente que pudiera evaluar esta política puntual, los mecanismos de monitoreo y evaluación, que formemos cuadros que puedan estudiar esta nueva política de cannabis pero también otras, por ejemplo las redes asistenciales en general, los componentes químicos farmacológicos de las distintas sustancias, los riesgos del consumo, el tema es muy amplio”.