Las primeras palabras del equipo económico anunciado la semana pasada por el gobierno de Dilma Rousseff no serían sorpresa en una reunión de Aécio Neves, el neoliberal derrotado por la presidenta en las elecciones de hace un mes en Brasil. La prioridad absoluta será la recuperación de la credibilidad, y la manera más segura de alcanzar ese objetivo será imponer ajustes y quitas en el gasto público. Al declarar que la meta fiscal será prioritaria, Levy va a contramano del discurso de Dilma a lo largo de toda la campaña que la llevó a la reelección, cuando decía que la prioridad absoluta era seguir asegurando empleos, renta y distribución de beneficios sociales a la franja eternamente abandonada de la población.
Bueno: la verdad es que ambos discursos son correctos. Dilma pretende cumplir lo...
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