Una nueva victoria del Brexit - Semanario Brecha

Una nueva victoria del Brexit

Una primera reacción tras las elecciones británicas del 12 de diciembre.

Brexit. Foto: Isabel INFANTES / AFP

“¡Brexit ya!” fue el lema de campaña del actual gobierno conservador del primer ministro Boris Johnson. Y fue el mensaje que ganó para los conservadores un número suficiente de votantes laboristas que votaron abandonar la Unión Europea (UE) en 2016. Un tercio de los votantes laboristas en las elecciones de 2017 quería abandonar la UE, principalmente de la región central y norte de Inglaterra, y de las pequeñas ciudades y comunidades que tienen pocos inmigrantes. Han aceptado la afirmación de que sus peores condiciones de vida y servicios públicos se deben a la UE, la inmigración y la “elite” de Londres y el sur de Inglaterra.

Gran Bretaña es el Estado más dividido geográficamente en Europa. Las elecciones confirmaron esta “geografía del descontento”, en la que las tasas de mortalidad varían más dentro de Gran Bretaña que en la mayoría de las naciones desarrolladas. La diferencia del ingreso disponible es mayor que la de cualquier país similar y ha aumentado en los últimos diez años. La brecha en productividad también es mayor que la de cualquier país comparable.

La propuesta pro-Brexit fue más fuerte entre aquellos que tienen la edad suficiente para imaginar los “buenos viejos tiempos” de la “supremacía” inglesa, cuando “teníamos el control”, antes de ingresar en la UE, en la década de 1970. Una vez en la UE, tuvimos la volátil década de 1970 y la destrucción de las comunidades industriales y manufactureras en la década de 1980. La ola de inmigrantes de Europa del Este (en realidad a las grandes ciudades) en la década de 2000 fue la gota que colmó el vaso.

En la capital de Inglaterra, Londres, el voto laborista se mantuvo, mientras que el partido pro permanencia en la UE, los liberal-demócratas, fueron aplastados. En términos generales, tuvieron también malos resultados, pero a pesar de ello obtuvieron una mayor participación del voto (11 por ciento) que en 2017. La proporción conservadora del voto aumentó sólo ligeramente desde 2017 (del 42,3 por ciento al 43,6), pero los laboristas cayeron del 40 por ciento en 2017 al 32 por ciento en 2019. Por lo tanto, las encuestas de opinión y las encuestas a pie de urna (que auguraban una derrota laborista) fueron muy precisas. De hecho, la participación general cayó del 69 por ciento en 2017 al 67 por ciento en 2019, particularmente en las áreas pro-Brexit. Una vez más, el “partido de la abstención” fue el mayor.

Estas fueron claramente unas elecciones pro-Brexit. El Partido Laborista tenía el programa de izquierda más radical desde 1945 (véase “Entre el brexit y el socialismo”, Brecha, 13-XII-19). El manifiesto social y económico de la dirección de la izquierda laborista fue en realidad bastante popular. La campaña laborista fue excelente, y la participación de los activistas en ella y en la movilización del voto también lo fue. Pero al final sirvió de poco. La ola pro-Brexit fue dominante y el voto laborista cayó. No todos los votantes querían “Brexit ya”, pero claramente una mayoría de los votantes pro-Brexit de 2016 estaban hartos de retrasos y dilaciones por parte de la ex primera ministra Theresa May y el parlamento, y querían acabar con el asunto del Brexit de una vez por todas.

Por lo general, se ganan elecciones según el estado de la economía. Estas elecciones fueron diferentes. Pero aun así, el índice de bienestar económico (basado en una combinación del cambio en el ingreso real disponible y la tasa de desempleo) sugiere una mejora desde que May perdió su mayoría en 2017. La economía en el ámbito de la inversión y la producción puede haberse estancado, pero el hogar medio de Reino Unido se sentía un poco mejor desde 2017, con pleno empleo y una ligera mejora en los ingresos reales. Eso ayudó al gobierno de Johnson.

¿Ahora qué? Johnson se moverá rápidamente para aprobar en el parlamento la legislación necesaria para que Reino Unido abandone la UE a fines de enero a más tardar. Y entonces comenzará el tortuoso proceso de firmar un acuerdo comercial con Bruselas. Se supone que se completará en junio de 2020, a menos que Reino Unido solicite una extensión. Johnson tratará de evitarlo y ahora puede hacer todo tipo de concesiones a la UE para llegar a un acuerdo sin temor a una reacción violenta de la facción de su partido favorable a un Brexit sin acuerdo, ya que tiene una mayoría lo suficientemente grande como para echarlos si es necesario.

Dado que es probable que el tema del Brexit esté solucionado el año que viene, es probable también que la economía británica, que ha estado de rodillas (estancamiento del Pbi y la inversión), tenga una recuperación breve. Con el fin de la “incertidumbre”, la inversión extranjera puede regresar, los precios de la vivienda, recuperarse, y con el mercado laboral cerca del pleno empleo, los salarios pueden incluso recuperarse. El gobierno de Johnson puede hasta apropiarse de algunas de las propuestas laboristas y aumentar el gasto público por un corto período de tiempo.

A largo plazo, sin embargo, el futuro de la economía británica es pésimo. Todos los estudios muestran que una vez fuera de la UE la economía británica crecerá más lentamente en términos reales que si permaneciera en ella. El grado de pérdida relativa se estima entre 4 y 10 por ciento del Pbi en los próximos diez años. Además, todavía no está claro cuánto afectará al sector de servicios financieros de la ciudad de Londres.

Y luego está el comodín: la economía global. Las principales economías capitalistas están creciendo al ritmo más lento desde la Gran Recesión. Puede haber una tregua temporal en la guerra comercial en curso entre Estados Unidos y China, pero estallará nuevamente. Y la rentabilidad empresarial en Estados Unidos, Europa y Japón está disminuyendo, mientras aumenta la deuda corporativa. El riesgo de una nueva recesión económica mundial está en su punto más alto desde 2008. Si se produce una nueva depresión mundial, el estado de ánimo del electorado británico puede cambiar bruscamente, y la burbuja pro-Brexit del gobierno Johnson, estallar.

*    Economista marxista británico. Trabajó 30 años en la city londinense como analista económico.

(Tomado del portal Sinpermiso.info. Brecha reproduce fragmentos. Titulación de Brecha. Originalmente publicado en el blog del autor: The Next Recession.)

Artículos relacionados