A sus casi 80 años Jair Krischke es de esos tipos, de esas personas, a los que la muletilla “no necesita presentación” les debería calzar como un guante. Sin embargo sí la necesita, tal vez por lo que él mismo no se cansa de repetir: “En lo que tiene que ver con la lucha por los derechos humanos la memoria de la gente es siempre corta, y mejor decir una y otra vez las mismas cosas, que callar. Tenemos que darnos cuenta de una vez por todas de que una buena cantidad de jóvenes no saben lo que pasó en nuestros países hace no tanto tiempo, y que en cierta manera continúa pasando. Quizás no lo saben porque no se lo han enseñado, porque no se lo hemos mostrado bien, o porque prefieren prestar atención a otras cosas. Pero es un deber seguir insistiendo”.
Jair Krischke insiste desde hace muchos, ...
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