Vecino, vecina, qué museo - Semanario Brecha

Vecino, vecina, qué museo

Dos monumentos históricos nacionales a cuadra y media de distancia uno del otro. El Museo de San José obtuvo esa distinción en 1989 y el Club Social San José acaba de conseguirla, aunque éste da cine comercial y aquél de Cinemateca, quizás porque lo coordina María del Huerto Tornesi, una cinéfila empeñada en la supervivencia del bien.

Primero fue el microcine.

—Sí, armé el primer microcine que tuvo San José. El ex cine Artigas estaba en sus últimos estertores y me fui a un microcine de la calle Río Branco, en Montevideo, donde vi una película sueca y después pedí para hablar con los responsables. No sabía nada de maquinaria, y ellos me orientaron.

¿En qué año?

—Proyectamos con una socia la película La Patagonia rebelde, en la peatonal, el 17 de noviembre de 1984, a pocos días de las elecciones y casi montados a un acto de Julio María Sanguinetti.

¿Fecha de inauguración del museo?

—Veintitrés de agosto de 1947. Fue inaugurado como Instituto Histórico Cultural y Museo de Bellas Artes Departamental por un grupo de intelectuales y comerciantes afines a la cultura. La idea nació en el liceo, el año anterior, a instancias de su director, Manuel Benavente, y el profesor Dumas Oroño. Los secundaron el intendente de la época, Neri Arrea-ga, Álvaro Caputi, el escribano Eladio Fernández Menéndez, y luego se integró Manuel Cobas, una persona que dedicó 30 años de su vida a esta institución.

¿Profesor?

—Comerciante visionario, de otras épocas. Es interesante leer, en las actas de la comisión directiva, que se reunían a las nueve de la noche; fijate el tiempo y las ganas que tenían de ocuparse de asuntos culturales. La comisión compró los primeros cuadros de Barradas y Torres García que tuvimos, y ambos artistas expusieron acá.

También poseen originales de Figari.

—Siete en un acervo de 600 obras, entre pinturas, esculturas y grabados de artistas uruguayos: Barradas, Torres García, Gurvich, Solari, Leonilda González, Cziffery, Alpuy, los tres hermanos Ribeiro, por mencionar algunos.

Y esta casa es colonial (estamos en un patio cuyo empedrado y bancos de madera elevan la vista al cielo, mientras dos árboles afinan un ensamble de pájaros).

—Perteneció a la familia Ortuño, vendida luego a Manuel Rodríguez y adquirida, finalmente, por esa comisión de pioneros. La tradición oral afirma que desde ese mirador (señala una pequeña torre) Manuel Artigas dirigió, en 1811, la toma de San José por los revolucionarios orientales.

¿Cuándo asumiste como coordinadora?

—En 2006 o 2007, pero estuve vinculada a este lugar desde que me conozco (risas).

¿Cómo armaste el plan de trabajo?

—Entré para encargarme de las relaciones públicas y terminé, a instancias de la querida Nelbia Romero, aceptando este desafío. Apunté a abrir este sitio a la sociedad, nuestro lema es “Viví el museo”. Mediante un convenio con Cinemateca incorporé cine los sábados, brindamos talleres propios y con artistas invitados que van de plástica a fotografía, conciertos, charlas, exposiciones, y recibimos apoyo permanente de personas como la profesora de literatura Mirta Ana López, el maestro Óscar Martínez y la química farmacéutica Ivonne Altieri.

¿Qué recursos sostienen al museo?

—Los 300 socios “con altibajos” que pagan una cuota mensual de 120 pesos y acceden gratis al cine, a la programación y a los 700 volúmenes de la biblioteca Francisco Espínola, más los socios culturales que fui consiguiendo y aportan sumas importantes, y una colaboración del gobierno departamental que permite solventar algunos gastos e incluye apoyo logístico, tanto para acercar exposiciones desde Montevideo como para mover las nuestras. Está la posibilidad de cobrar entrada, siempre difícil en el Interior.

¿Quiénes son socios culturales?

—La Sociedad Médica de San José, la financiera Marcre, Supermercados Avenida y en la difusión el equipo del programa radial Contraseña. Ponemos los logos de todos en el tríptico que imprimimos con nuestra programación y entregamos, casa por casa, a los socios, a principios de mes.

¿Con qué equipo contás?

—Una recepcionista y una chica que hace la limpieza.

¿Cómo lograste la buena voluntad de comerciantes y profesionales?

—No olvides que estamos en una ciudad pequeña, es una gestión de cercanías. Conozco al dueño del supermercado desde que lo atendían sus padres, y las fiestas de fin de año de la Sociedad Médica siempre ocupan este patio. Mi compromiso con el museo es fuerte y trabajo en red con instituciones locales y nacionales; la Noche de los Museos, por ejemplo, la cogestionamos con el Centro Mec de San José y el gobierno departamental.

Trabajo que supo recibir, el año pasado, un premio del Consejo Internacional de Museos.

—Sí, el Icom Uruguay nos honró con el premio a la actividad museística 2013. Ese reconocimiento comenzó a surtir efectos, en mí, desde que me llamaron para decirme que estábamos postulados.
1. www.museosanjose.com

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