Desde hace 20 años la banda fernandina La Rika Merlot la viene peleando con enorme entusiasmo y convicción, de cara a un rock nacional que en estos últimos tiempos no se encuentra en su mejor momento.
Diego Silva, baterista del grupo, declaró a la prensa recientemente que “los pibes ya no escuchan rock”, una dolorosa verdad. Pero no tanto como para hacer que esta meritoria banda de Maldonado deje su esfuerzo en pro de una música que notoriamente rescata “el viejo rock”, tanto anglosajón como uruguayo, aunque hay que destacar que su sonido también tiene mucho de bandas argentinas como La Renga o Los Redonditos de Ricota.
La banda suena realmente bien, con gran pulcritud, a partir de una base rítmica muy sólida, prolijas guitarras y un buen cantante solista.
Luego de dos décadas, han llegado ahora a su segundo disco, Flores del tiempo, muy bien grabado en el estudio Dos Reis, de Montevideo, y editado por Bizarro.
Antes que nada quisiera sentar una respetuosa y amistosa protesta. Me he quedado sin saber quién es el autor de los interesantes temas de este disco, ya que en ningún lugar aparecen las autorías. Una curiosidad de esta banda es que está formada por un padre y sus dos hijos (en batería, bajo y segunda guitarra), Diego, Bocha y Pepe Silva, más el guitarrista y cantante Gonzalo Cruz.
La música de La Rika Merlot es muy agradable y lograda, pero tal vez carezca de ese toquecito de locura y esa pizca de carisma tan necesaria en toda banda de rock, especialmente en la voz solista, que tiene un precioso timbre y una sólida afinación, pero que canta demasiado “en el molde”.
De todos modos es una banda que suena de manera excelente y que desde el punto de vista autoral tiene muchos puntos fuertes. Los temas de este disco muestran una gran inclinación por la melodía, bastante atípica dentro del rock local de estos últimos años, y letras muy cuidadas, con una neta inclinación por la crítica social.
El disco se disfruta de cabo a rabo, aunque hay determinados temas que se destacan netamente. “Ángeles del fracaso”, que abre el disco, tiene mucha fuerza y gancho, “Flores del tiempo” es un tema pop-rock también muy potente y con una excelente línea melódica. “No soy de la Cia”, que cuenta con la inconfundible voz invitada de Tabaré Rivero, brilla también con luz propia. “Todo lo que soy” es otro tema muy potente y con una letra muy bien hilvanada que refiere a la violencia imperante. La inclinación a las buenas melodías de esta banda se nota especialmente en dos hermosas baladas: “Canción de cuna” y “La Playa”, esta última con un delicado arreglo de voces armonizadas, algo que décadas atrás caracterizaba a muchas bandas uruguayas y que parece haberse perdido para siempre en el rock nacional.
Seguramente La Rika Merlot, con su rock de planteo clásico, seguirá peleando por su merecido lugar en la música popular uruguaya, yendo y viniendo desde Maldonado a Montevideo, como lo ha hecho desde que se inició con el nombre “Jurisdicción Nacional” hace dos décadas.
Es, notoriamente, uno de esos grupos fuertemente cohesionados en lo humano, y donde los vaivenes del mercado y el devenir de las modas parecen no importar en lo más mínimo.
La Rika Merlot. Flores del tiempo. Bizarro, 2016.