Vigencia del cantautor - Semanario Brecha

Vigencia del cantautor

Se trata de uno de los más fieles representantes de la generación de cantautores uruguayos que rondan los 50 años de edad. Gastón Rodríguez Aroztegui posee ya una importante discografía, a la que en 2015 se agregó este nuevo e interesante disco1 grabado en colaboración con una banda de buenos músicos, como Esteban Rodríguez en teclado, Gastón Figueredo y Guzmán Escardó en guitarras, Sebastián Muñoz en bajo, y el baterista Guillermo Loriente.

Gastón inició su carrera hace ya muchos años formando parte del recordado espectáculo teatral El gran Tuleque, sobre texto de Mauricio Rosencof y música de Jaime Roos, con dirección de Carlos Aguilera. En 1990 resultó ganador del Concurso Nacional de Música Inédita, participando en consecuencia en un disco con los ganadores de otras categorías en el mismo certamen.

En 1993 el sello Ayuí le editó su primer disco solista, Gaviotas de fuego.

Al año siguiente comienza a gestarse uno de los puntos altos de su carrera cuando inicia su larga y fructífera colaboración con el cantautor Walter Bordoni, que generaría en 1997 el excelente disco Aguafuertes montevideanas, de merecida repercusión. En 2003, de nuevo en el trillo solista, edita Surnacimientos. Entre 2003 y 2005 realiza numerosas presentaciones en el marco del ciclo “Solistas en banda”, junto a músicos reconocidos, como Alejandro Ferradás, Darío Iglesias y el propio Walter Bordoni. Otro ítem importante en su trayectoria es la edición en 2006 del disco de antología de su obra Los naipes de Espartaco.

Esa costumbre de insistir vuelve a mostrarlo como un interesante autor y un personal cantante, dueño de una voz de timbre muy peculiar e inconfundible. La voz de Gastón, especialmente en sus primeros discos, mostraba un timbre muy agudo, que hoy ha bajado sensiblemente hacia zonas más intermedias de su registro, dándole más seducción y calidez a su interpretación. Por lo demás, mantiene su carácter de usina de buenas ideas en lo melódico y de textos realmente atractivos.

No se trata, por cierto, de un artista descollante, pero sí de alguien dotado del talento suficiente como para que su obra no pase en modo alguno desapercibida, y este nuevo disco es una buena muestra.

La placa se abre con “Esa costumbre de insistir”, canción que ha sido apoyada por un bellísimo videoclip –que obtuvo su premio en un certamen de videos en Barcelona– deliciosamente protagonizado por una niña y realizado con una cámara de fotos no profesional. Ese tema muestra una melodía decididamente “beatle”, influencia y pasión que Gastón ha expresado una y otra vez en sus contactos de prensa. Tiene un texto muy hermoso y una melodía de esas que permanecen en la memoria. También son dignos de mención el tema de atmósfera hinduista “Mantra”, en el que Gastón hace un recitado bastante drexleriano que recuerda a “Guitarra y vos”, del disco Eco, la preciosa balada “Donde terminan las casas”, y dos temas de muy interesante planteo melódico, “Dicen que hay un lugar (Los emigrantes)”, con aires de zamba, y “Función”, en que el peso del acompañamiento recae en el piano y otros teclados.

Un dato a tener en cuenta es que en el tema de raíz pop-rock “La inundación” participa como invitado nada menos que Tabaré Rivero.

Esa costumbre de insistir tiene, además, un cuidado y creativo diseño gráfico. Como se ve –o mejor dicho, como se oye–, Gastón Rodríguez insiste y hace bien en hacerlo. Con sus canciones ha sabido ganarse un lugar en un medio cultural como el uruguayo, tan rico en excepcionales cantautores. No es poco.

  1. Esa costumbre de insistir. Gastón Rodríguez. Ayuí, 2015.

 

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