El camino que Fressia eligió para hacer esa «buena poesía» está lejos de ser una línea recta o un conjunto homogéneo. Más bien, todo lo contrario: es más parecido a una frontera móvil, que el poeta fue cruzando para hallar un tono único e irrepetible. Su «buena poesía» no solo se imprimió en Uruguay y Brasil, sino también en México, Perú, Argentina, Estados Unidos, Francia e Italia. En los últimos años esa proyección internacional permitió que viajara, y lo conectó con lectores y con lecturas inesperadas de su obra, como contó en Sobre roca resbaladiza.
El poeta se llevó toda la atención desde que se supo la noticia de su muerte, y eso fue lo que pudo observarse en las reacciones de los y las poetas que lo conocieron y frecuentaron. Aunque hay que decir que la obra de Fressia son tambi...
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