Inclementes enfermedades, accidentes fatales, pérdidas irreparables. El dolor es la costura indisimulable que une cada una de las producciones literarias de Carla Guelfenbein. Enfrentados inevitablemente a él, sus personajes descubren las hilachas de humanidad que asoman a la superficie de los disfraces creados por ellos mismos para sobrevivir a su entorno. Tirando de las fibras sueltas que los componen, es posible reconocer las facetas más hondas y ocultas de su carácter, las cuales cautivan profundamente a su creadora. No por casualidad su primera novela fue titulada El revés del alma (2003).
Desde su nacimiento hasta la fecha, la obra de la chilena revela una metamorfosis lánguida y tardía. A lo largo de su narrativa se registra una consciente preocupación formal que limita y ata los po...
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