Enlatados - Semanario Brecha

Enlatados

Unas fotos que circulan por Internet muestran unas nuevas instalaciones en las que el INAU va a alojar a jóvenes infractores. Los “contenedores” de chapa albergarán a unos 35 muchachos. Las autoridades manifiestan que, por ahora, es la única solución posible y que esa forma de reclusión es mucho mejor que otras.

Contenedores.

Mariela Alvariza es una funcionaria del inau que tuvo la oportunidad de conocer de cerca los nuevos contenedores que en breve se habilitarán para descomprimir los sitios congestionados de jóvenes que delinquen. Muchos de sus compañeros también pudieron ver el lugar, se horrorizaron y se fueron a sus casas con esa imagen. Mariela, en cambio, prefirió hacer pública la situación y denunciarla. Se filtró por “el laberinto” que lleva a los nuevos módulos y, sin que nadie la viera, sacó de su cartera una cámara fotográfica con la que obtuvo las imágenes que desde el lunes circulan en Facebook.

Los contenedores están ubicados al fondo de un nuevo centro del inau que se inaugurará el mes próximo (con otras características edilicias) ubicado en General Flores casi bulevar Artigas.

La descripción que acompaña las fotos de Alvariza sostiene que los contenedores tienen varias camas, que el espacio entre ellas es muy reducido, y que junto a la cabecera de una está el inodoro. Las ventanas son muy pequeñas y altas, las paredes no tienen aislamiento y las canillas de las duchas y la cisterna están del lado de afuera, para que un encargado sea quien suministre el agua para ducharse o evacuar orina y excrementos.

Son varios contenedores con cuatro o seis camas en cada uno (metálicas, soldadas a la pared y con colchones de lana). Se espera que en este lugar se puedan albergar cerca de 35 adolescentes de entre 13 y 18 años. Además, está previsto que otros módulos sean utilizados como oficinas, comedor y aulas.

La descripción de los contenedores que el director del Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji) del inau, Jorge Jouroff, realizó a Brecha, dista bastante de lo que Alvariza registra en sus fotos (dos de ellas aparecen en esta página) y relatos. Para el jerarca, los módulos a los que vulgarmente se les llama contenedores estarán prontos aproximadamente dentro de un mes, sólo les faltan detalles de luz y seguridad. “Son hogares como cualquiera, sólo que estos tienen algunas ventajas; son limpios, están prolijos, son prácticamente indestructibles y son seguros para los chiquitos y los funcionarios”, sostiene Jouroff.

Estos módulos ya fueron probados en el hogar Puertas. Allí, según sostiene el jerarca, “los chicos estaban más cómodos en los módulos que dentro del instituto de material”. También asegura que estos contenedores tienen la ventaja de poder ser construidos rápidamente. Como son alquilados, se espera que en cualquier momento se pueda llegar a una solución definitiva (un local de material, por ejemplo). Aunque esta solución transitoria deja dudas: lo mismo se pretendía hacer con los jóvenes de Puertas, pero aún siguen ahí y no se vislumbran alternativas. Las palabras de Jouroff acrecientan estas dudas: “Si en algún momento tenemos una capacidad ociosa dentro del instituto, eliminaríamos los contenedores, pero creo que por ahora estamos muy lejos de esta perspectiva”. Y continúa con su postura: “No vamos a polemizar sobre condiciones ideales con supuestos técnicos. Partimos de una realidad en donde hay un problema social y un mandato judicial que nos obliga a hacernos cargo de esta situación. Si tengo determinada cantidad de plazas y llegan más jóvenes, va a haber hacinamiento aunque tenga mil contenedores”.

La discusión sobre si módulos sí o no, no es lo que más les preocupa a las autoridades del inau. La necesidad inmediata de ampliar la capacidad locativa los obliga a elegir entre un reducido abanico de posibilidades. La primera opción siempre es la construcción de centros de material (que insumen más tiempo y presupuesto), pero hoy la solución parece limitarse a los contenedores.

Cuando en 2002 se descubrió que los módulos de acero destinados al penal de Libertad en realidad estaban hechos de chapa común y no del acero antivandálico que establecía el pliego licitatorio, se inició una investigación que terminó con el procesamiento del director de Cárceles de ese entonces, Carlos de Ávila. Hoy la polémica regresa, el tema social tiene un trasfondo político y varios son los partidos que han manifestado su desaprobación hacia el sistema de reclusión en contenedores.

En los meses previos a que asumiera la Presidencia José Mujica, fuentes del mpp se mostraron preocupadas por el tema cárceles. En declaraciones realizadas a Brecha dijeron que “las ‘latas’, esos contenedores que están en el penal de Libertad, tienen que desaparecer, y deberían ser filmados, como ejemplo de lo que nunca más se tiene que hacer”.

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Testimonio y amenaza de muerte

Mariela Alvariza teme que las fotos y declaraciones que ha publicado le generen un sumario administrativo. De todas maneras no tiene problemas en decir lo que considera correcto. Esta no es la primera vez que la funcionaria del inau ventila irregularidades que suceden dentro del instituto. El 7 de enero de 2000, mientras desempeñaba su labor en la Colonia Berro, presenció una paliza que funcionarios le propinaban a un joven. Los denunció y fueron procesados. “Hice la denuncia penal y cuando fui al trabajo otros funcionarios intentaron matarme. Eso no lo pude probar porque no tenía testigos. Eran cuatro funcionarios que ahora son directores de centros, que me pusieron un arma en el abdomen y me dijeron: ‘Después te la vamos a dar’. Zafé porque los chiquilines hicieron un motín y me pude escapar”, recuerda acongojada Alvariza.

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