Un teatro de estados - Semanario Brecha
Tres reposiciones

Un teatro de estados

Luego de la pandemia, tal vez regido por el calendario de las salas o por compromisos de los artistas de los elencos, se ha generado un cambio en la programación de las funciones teatrales. Las nuevas propuestas del teatro independiente se presentan, muchas veces, por pocas funciones, pero con varias reposiciones, incluso en distintos espacios.

Imagen de la obra Sueño de la procesión de sus muertos. ANIMALISMO TEATRO

Varios montajes que fueron éxito de público en 2022 han vuelto a estar en cartel y prometen nuevas reposiciones a las que conviene estar bien atento por la calidad de sus propuestas. En su diversidad de lenguajes, hay tres piezas que no se deben dejar pasar por el gran talento de sus equipos y elencos: Lluvia constante, de Keith Huff, con dirección de Santiago Ventura, Llamaste a Walter, de Josefina Trías, dirigida por Vachi Gutiérrez, y Sueño de la procesión de sus muertos, de Animalismo Teatro.

LLUVIA CONSTANTE

Luego de una temporada exitosa tras el boca a oído en la Sala Cero del Teatro El Galpón, este montaje de tono policial dirigido por Santiago Ventura volvió a verse en la sala Zavala Muniz. Del 15 al 19 de junio, el elenco participará en un festival de teatro en Venezuela y se espera por próximas fechas en Montevideo. El actor Carlos Rompani dio con este texto, escrito por Keith Huff (guionista de las reconocidas series House of Cards, Mad Men y American Crime), y decidió gestionar los derechos para comenzar a trabajar en él durante la pandemia. Dado que el texto tiene mucho de nexo con el lenguaje cinematográfico (incluso Spielberg está interesado en llevarlo a la pantalla grande), Rompani comenzó a trabajar con el actor Gastón Torello y con Santiago y Javier Ventura para investigar sobre un lenguaje híbrido entre teatro y cine. El equipo se conoce de venir trabajando en un filme para la escuela de cine Dodecá. La anécdota cuenta la historia de dos policías, Gabriel y el Mudo, que además son amigos. Ambos viven situaciones personales conflictivas mientras afuera no para de llover. Mientras que el Mudo es solitario y se enfrenta a problemas con el alcohol, Gabriel posee una familia establecida, pero se vincula con el mundo de la prostitución. El montaje trabaja con maestría la oscuridad de estos personajes, que de a poco van virando desde la lógica del huésped y el anfitrión. Un suceso vinculado a una investigación sobre un hombre caníbal marca sus destinos de manera trágica. Todos estos ribetes dramáticos e íntimos son resueltos por el equipo desde ambos lenguajes narrativos, logrando una dinámica sin fisuras entre el pasaje de la actuación en código teatral y las perfomances ante la cámara. La resolución técnica de esta investigación sobre los lenguajes se resuelve con soltura por Javier Ventura (quien también estuvo a cargo de la iluminación junto con Martín Blanchet, detalle técnico fundamental en todo el montaje), quien logra realizar encuadres que fomentan el estado emocional de los personajes en determinados pasajes del texto. Este tránsito, este «romper códigos» actorales, al decir del propio Torello, solo es posible gracias al sobrado talento de ambos intérpretes, que logran atrapar a la platea mientras construyen y deconstruyen sus personajes y dejan todo en la escena. Sin duda, una de las puestas más interesantes de la cartelera que no conviene perderse.

LLAMASTE A WALTER

La actriz y dramaturga Josefina Trías vuelve a trabajar sobre su personaje Clara, a quien conocimos en su texto Terrorismo emocional, dirigido por Bruno Contenti, que lleva varias funciones en cartel con diversas reposiciones. Aquella pieza en tono de unipersonal (aunque la actriz interactúa con un músico en escena) mostraba a Clara, de unos 30 años, en una crisis luego de una separación, tras la que debió volver a la casa paterna. Llamaste a Walter actúa como una precuela y Clara se presenta, a sus 17 años, conviviendo con la familia durante la crisis que sacudió a Uruguay en 2002. Si bien ambas puestas pueden verse por separado, como una unidad, es interesante el ejercicio de ver a un mismo personaje interpretado por la misma actriz, acompañando momentos vitales e históricos del país. Este montaje, dirigido por Vachi Gutiérrez, construye la idea de una familia típica, conformada por los padres (Jenny Galván y Fernando Canto) y el hermano de Clara (Agustín Martínez Cuello). La directora logra una puesta dinámica, que cuela el humor ante todo momento, aun para abordar un tema drástico como los efectos que aquella crisis generó en la sociedad uruguaya (rebaja de salarios, pérdida de puestos de trabajo, alza de tasa de suicidios). Para ello construye una puesta con fuerte componente musical (hay dos músicos en escena que interactúan con los actores Rodrigo Curbelo y Michel Chattón), mientras que Josefina Trías demuestra sus dotes como cantante además de actriz (recordemos su participación en coros en el grupo Otro Tavella y Los Embajadores del Buen Gusto).
El elenco logra gestar una química que traslada las emociones vinculadas a los nexos familiares íntimos de una forma muy verosímil. Las lógicas del amor fraterno, los encuentros y los desencuentros, las estrategias para atravesar una crisis en familia.
Es, además, una forma de acercarse a una dramaturga de la generación de los treinta que refleja su mirada sobre las crisis y los dolores que atraviesa su universo de una manera muy genuina. La puesta repone del 29 al 31 de agosto en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís y la invitación queda hecha en estas páginas.

SUEÑO DE LA PROCESIÓN DE SUS MUERTOS

Esta propuesta de la compañía Animalismo Teatro es un ejercicio de experimentación sobre teatro físico que sorprende y desafía al espectador. El montaje se desarrolla en el interesante espacio La Madriguera, en Ciudad Vieja. Es difícil transmitir en palabras lo que se trata de una experiencia, una vivencia, basada en un sueño y que ronda sobre la idea de la muerte. El grupo, que trabaja desde 2016, había trabajado en los proyectos Elixir y Habbuk (este último montaje tuvo presentaciones en Canadá). Para este nuevo trabajo, el elenco se conformó por Tomás de Urquiza, Micaela Larroca, Diego Balliva y Analía Gavilán. Al ingresar al espacio,* que es parte fundamental de lo que allí se cuenta, el encuentro se delimita para pocos espectadores. El universo escénico, que ronda lo fúnebre, se enmarca en un trabajo de diseño muy elaborado, repleto de objetos que se cargan de fuerte simbología (desde relojes a monedas, pasando por fotografías, llaves, recortes de diarios, flores de plástico y libros) y un trabajo de ambientación sonora que se transforma en otro personaje (composiciones a cargo de Gonzalo Varela y Paolo Grosso que pueden escucharse en las plataformas digitales de la compañía). El espacio, con sus paredes derruidas, es parte vital de lo allí narrado y del entorno onírico necesario para el montaje. Hay personajes que parecen vivir en un limbo, entre la vida y la muerte, y que se comunican con un lenguaje inventado, difícil de decodificar pero que transmite estados de manera directa y potente. Dentro de estos cuadros hay un tránsito, una procesión que acompaña a los actores en sus partituras de movimientos, que involucran al público por su cercanía y por su invitación a participar de un ritual, en el que se brinda y se camina en un tránsito surrealista. Sin duda, otra de las grandes propuestas de la cartelera, con sobrado talento actoral.

* Las funciones son viernes, sábado y domingo a las 21.00 horas en La Madriguera, refugio cultural en la peatonal Sarandí 241. Las reservas pueden hacerse al 098119789. Para un teatrero de ley es indispensable asistir y ser parte del acontecimiento.

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