Cultura 2023: Año de memoria - Semanario Brecha
Cultura 2023

Año de memoria

DESPUÉS DE MEDIO SIGLO

Se cumplieron 50 años del golpe de Estado y la huelga general, motivo para múltiples actividades durante todo el año. Actos, inauguraciones, charlas, seminarios, festivales, muestras: la cultura jugó un reconocido papel en la resistencia por aquellos tiempos, y otra vez es la cultura la que termina sosteniendo y mostrando, a través de sus diversas expresiones, las narrativas que la sociedad uruguaya logró crear en este medio siglo. Durante la noche previa al 27 de junio, en los alrededores del Palacio Legislativo se hizo una vigilia, desarrollada a través de una impactante intervención con velas. Fue el cierre de una jornada larga, organizada por el colectivo cultural Jacarandá, integrado por quienes fueron niñas y adolescentes durante la dictadura mientras sus familiares estaban presos. Al otro día, ya en el aniversario del golpe, se inauguró el memorial homenaje a las mujeres ex presas políticas. Más de 1.500 nombres están escritos en su estructura, en una lista que sigue abierta.

Mateo Magnone Hugo

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JÓVENES INTRÉPIDOS

Si bien en el ámbito local el 2023 no parece haber brillado como otros años cinematográficos, si nos salimos del estándar del largometraje, corremos la perspectiva y detenemos la mirada en la producción de cortometrajes, el panorama cambia radicalmente para bien. Exoesqueletos, de Mariana Castiñeira, es un documental que explora la fascinación y el miedo al mismo tiempo, con un lenguaje propio, mucho talento y un vuelo cinematográfico atípico. La joven realizadora Ilén Juambeltz brilló doblemente, tanto con Mala facha como con Antes de Madrid (este último codirigido con Nicolás Botana), demostrando una frescura novedosa en el panorama nacional –con diálogos naturalistas a la altura de Ana Katz o Lucrecia Martel– y una sorprendente osadía a la hora de tocar temas como el sexo, la discriminación y ciertos cambios coyunturales profundos. Correspondería acompañar y fomentar más y mejor a estos jóvenes cineastas y a este tipo de realizaciones, ya que nos dan la pauta de que el futuro del cine uruguayo está en muy buenas manos y nos demuestran que en las últimas décadas se ha consolidado un invalorable camino de formación y preparación de profesionales, y que, quizá, lo mejor del cine nacional está aún por llegar.

Diego Faraone

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LA INMENSIDAD DE LO PEQUEÑO

Un año es una inmensidad. Especialmente para las artes, cuya dispersión en salas y formatos es incomparable. No hubo este año grandes presencias extranjeras. Acaso Tarshito (Museo de Arte Precolombino e Indígena y Museo Gurvich) y Paolo Gasparini (Centro de Fotografía), dos italianos, fueron los más destacados. El centenario de Leonilda González (Cabildo y Museo Nacional de Artes Visuales [MNAV]) tuvo un homenaje más sustantivo que el de Carlos Páez Vilaró (MNAV), mucho ruido y pocas nueces. Las muestras grandes más contundentes: Freire-Costigliolo (MACA [Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry]), José Gamarra (MNAV), Carla Witte (MNAV), Juan de Andrés (Museo Figari), Pilar González (Premio Figari 2023) y Petrona Viera rodando por el interior y el exterior del país. Con gusto a poco, regresó la Bienal de Montevideo al Salón de los Pasos Perdidos, recipiente cuya ampulosidad pierde y aplasta cualquier contenido. Mejor, el 51.º Premio Montevideo en el Subte. En cambio, brillaron las muestras pequeñas: Alejandro Cruz (Cabildo), Flavia Vassallo (AGADU [Asociación General de Autores del Uruguay]), Carolina Fontana (Fundación Iturria), Judith Britez (Museo Torres García) y Antonio Frasconi (MNAV), recordando los 50 años del golpe de Estado. Un año es una inmensidad: nos dejaron el historietista Tabaré, Julio Mancebo, Salomón Azar y Carlos Liscano, cuya vasta producción recostada al art brut recién empezamos a vislumbrar. Dos buenas para el final: la revista de arte La Pupila celebró 15 años de vida continuada, algo cercano al prodigio, y el fotógrafo Roberto Fernández Ibáñez recibió en Italia el Premio Mediterraneum Collection, uno de los más prestigiosos del mundo.

Pablo Thiago Rocca

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REENCUENTROS

Ícaro, de Daniele Finzi Pasca, hizo su debut en Montevideo en 1994. Desde esa primera presentación, se ha erigido como una de las obras internacionales con mayor número de representaciones en el país. En esta ocasión, Ícaro regresó y lanzó su vuelo. El público que llenó el Teatro Solís parecía tener una conexión especial, como si compartieran un deseo profundo y algo misteriosamente guardado en la memoria colectiva.

Con entradas agotadas y más de un centenar de artistas en escena, Aída, la clásica ópera de Giuseppe Verdi, se presentó en el Auditorio Nacional Adela Reta. Bajo la dirección del suizo Nicolas Rauss, la Orquesta Sinfónica Nacional del SODRE brilló con su interpretación, mientras que el argentino Aníbal Lápiz estuvo a cargo de la dirección escénica. Este tipo de eventos no solo resalta por su magnitud, sino porque nos brinda la oportunidad de vivir y sentir la grandiosidad del arte lírico. El reencuentro con la ópera en tales circunstancias es siempre un recordatorio de la capacidad de evocación de lo humano en la belleza.

Lucrecia Martel volvió a iluminar Montevideo, esta vez en diálogo con la periodista Leila Guerriero en Cinemateca Uruguaya. Ambas exploraron con profundidad temas como la creación, la estética y la delicada frontera entre lo tangible y lo real. Su conversación resonó como una melodía única, rematando un año en el que la Cinemateca se posicionó como el epicentro de la agenda cultural uruguaya.

 María José Olivera Mazzini

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FRAGMENTOS Y MARIPOSAS

El 2023 tuvo variedad de propuestas y la intensificación de temporadas cortas. Algunos de los montajes destacados fueron la obra de teatro independiente Extractos, escrita y dirigida por el fraybentino Leonardo Martínez, pieza intimista sobre la relación de amistad de Ada y el Genio, con destacada y sensible interpretación de Renata Denevi y Luis Pato Pazos.

La Sala Verdi se destacó con su temporada A 50 años del golpe, en la que se presentó Zombi manifiesto, escrita y dirigida por Santiago Sanguinetti. El dramaturgo y director montó una nueva mirada al presente y al pasado, con un elenco en el que brilló la actuación de la dupla de Carla Moscatelli y Rogelio Gracia.

La Comedia Nacional, con la dirección artística de Gabriel Calderón –que se consolida en la gestión–, tuvo varios montajes importantes. Entre ellos, la versión del clásico Frankenstein, con dirección de la bailarina y coreógrafa Andrea Arobba en el salón de actos de la Facultad de Medicina, demostró que el teatro fuera de las salas y con una mirada contemporánea se torna necesario. A su vez, la arriesgada mirada sobre Cien años de soledad en Macondo, significó más que una obra: fue un acontecimiento teatral, con cientos de artistas y hacedores de la cultura involucrados. La explanada del Solís, intervenida con aires caribeños, invitó al peatón desprevenido a acercarse al teatro de una forma inusual para una ciudad muy teatral, pero que pocas veces cuenta con llamadores así de efectivos para que todo el público se involucre con sus propuestas culturales.

 Ana Laura Barrios

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TODAS LAS VOCES TODAS

Este año, lo colectivo llenó el panorama cultural nacional para imponer de nuevo su forma contra lo que nos replegaba. Ahora sí salimos del modo pandemia. Dos fenómenos –nuevos por acá– lo confirman.

En abril salió la revista Oro. Cuestionadora de la emergencia de la palabra escrita como propietaria de la creación –la fisura del huevo que acarrea un nacimiento–, Oro se desafió a nuclear la literatura regional en un formato real (el papel periódico). Así, dio lugar a la necesidad de hacer dialogar lo establecido con lo que empezaba a oírse y con lo que podía venir, en la apertura a un espacio común entre géneros y edades, popularidad y novedad.

Como la casa de los Buendía, en octubre, Macondo transformó el Teatro Solís en un pueblo que abría sus puertas a todo el que llegaba. La plataforma cultural y artística reunió personalidades del país y de la región para pensar la realidad literaria, musical y periodística, y ese intercambio fue coronado por la realización del espectáculo teatral que se convirtió, cada día, en un nuevo y renovador acontecimiento.

 Deborah Rostán

TERRITORIOS LITERARIOS

Para deleite de sus fieles, Irene Vallejo presentó en Montevideo El infinito en un junco: un torbellino de datos, signos y preguntas que sobrevuelan la apariciónde la escritura y los orígenes del libro. La mirada fresca y erudita de la autorada forma a una obsesión, ofrece una historia de la lectura y celebra al lector.

Sorprendió que Enrique Vila-Matas eligiera para su última novela el título Montevideo. La inquietud que le causaran el viejo Hotel Cervantes de la calle Soriano y el cuento «La puerta condenada» de Cortázar lo llevan a indagar qué sucede cuando se ingresa a un espacio de ficción que existe en el mundo real, se multiplica y desconcierta.

Vive en Montevideo, pero nació en Minas. Por los cuentos de Desastres naturales, su ópera prima, ganó dos Bartolomé Hidalgo. Tamara Silva Bernaschina (2000) hace suyo el imaginario de los pueblos casi rurales y la vida en el campo, delinea con sutileza tramas y personajes, explora cruces entre lo real y lo fantástico, contraviene fronteras.

 Alicia Torres

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MÚSICA PARA LA VECINA ORILLA

A Argentina se le viene una complicada. Por eso, aquí algunos muy buenos discos de dicho país que salieron en 2023 y que, quizás, podrán hacer que la cosa sea un poco menos fea.

Cecilia López, una genia en medios electrónicos, se juntó con la saxofonista alemana Ingrid Laubrock y grabaron Maromas. Entre ambas, logran amalgamar los instrumentos para formar uno solo.

Panchopepe es conocido como dibujante, pero este año sorprendió con su disco Bancate el durazno, que ronda la canción experimental sudamericana y pasa por una calesita de instrumentos y sonoridades fantásticas.

La cantautora María Pien lanzó Recordar/ Volver a pasar, su cuarto LP. Ya no es fácil encontrar discos que sepan arriesgarse desde la ternura. Ella supo cómo.

La chelista e improvisadora Cecilia Quinteros se encerró a componer una gran obra para un ensamble de chelos. Decidió grabarla por su cuenta; se llama Narel.

Camila Nebbia, tremenda saxofonista, lanzó Una ofrenda a la ausencia, donde crea un misterioso mundo sonoro entre piezas solistas, capas de saxos y otros sonidos.

 Santiago Bogacz

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LECTURAS Y DESEOS

El recuento de fin de año me obliga a despertar algunos libros que ya descansaban felizmente en sus anaqueles. Los pongo sobre la mesa y observo que su contenido, lentamente, ha empezado a desdibujarse. «¿Por qué esta novela de Amélie Nothomb?», me pregunto. Quizá porque Primera sangre, ese homenaje al padre que intenta reconstruir su vida, es, en definitiva, un limpio canto a la piedad filial. El escritor cubano Daniel Zayas, antes de abandonar nuestro país, nos dejó un breve pero formidable libro de cuentos, El arte de construir un bonsái, obra que convierte la expectativa en provecho y la reflexión en amarga consternación. Por último, una sorpresa: Escritor profesional, de Edgardo Scott. Un lúcido retrato ensayístico que revela las miserias de un tipo de escritor contemporáneo muy difundido, cuyo mayor arte consiste no tanto en engañar a otros, sino en engañarse a sí mismo. Dicho esto, y mientras los citados vuelven a su sitio, les deseo lecturas y felicidades.

 Miguel Avero

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NUTRIR LA DISCUSIÓN

Cabe destacar de este año la visita de autores como Mircea Cãrtãrescu, Camila Sosa Villada y Martín Kohan, lo que permitió ampliar el espacio de discusión literaria por ángulos a veces sesgados en el presente de nuestra literatura nacional. También es importante destacar la reedición de El portero y el otro, de Mario Levrero, llevada a cabo por la editorial Criatura, y la aparición de Cartas a la princesa, libro que, entrando en ciertas intimidades del autor, funciona como una nueva arista desde la cual analizar el trabajo de uno de los autores fundamentales de la literatura uruguaya. Por último, vale la pena señalar la publicación de Aué, de Becky Manawatu, editado por la editorial Forastera y traducido por Rosario Lázaro Igoa. Es innegable la importancia de las traducciones uruguayas dirigidas a un público uruguayo, porque nutren y hacen crecer nuestra forma de leer.

 Isabel Retamoso

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LITERATURA NUEVA

El indiscutible hito de la narrativa uruguaya de este año fue Desastres naturales, de Tamara Silva Bernaschina. Rara vez se da que una obra alcance la difusión necesaria para colarse en todas las conversaciones sobre literatura nueva. «¡Veintitrés años!», exclaman algunos, como excusándose por leerla. La creen una excepción, como si ser joven y escribir «bien» no fuera posible. Cuesta reconciliar el prejuicio con la realidad, que la tiene con sus dos Hidalgos y el Onetti, que recibió hace unos días. Pero, como suelo decir desde que una de mis críticas fuera mal recibida, los premios no prueban nada si el texto no acompaña. Lean Desastres naturales y vean.

El fenómeno no es aislado; hemos asistido en estos últimos años al surgimiento de un grupo de escritoras sub 30 con obras de altísimo nivel. Sin orden: Florencia Parentelli, Carolina Silva Rodé, Isabel Retamoso, Alejandra Gregorio, entre tantas otras. Algunos dirán «hay cantera para rato». Esos, que vuelvan a leer este breve texto.

 Federico Segredo Simonetti

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RESCATES, REEDICIONES, REAPARICIONES

Un año «re» este 2023. Desde hace por lo menos tres años se han venido entreverando las lecturas de Armonía Somers; primero con la reedición de La mujer desnuda, curiosamente en su versión primigenia y no en la revisada por la autora, luego con la sonada adaptación al teatro llevada a cabo por Leonor Courtoisie y Laura Pouso (Estudio para la mujer desnuda), a la que ahora viene a sumarse la publicación por Linardi y Risso de Tu casa en una altura, la novela que Somers no consideraba apta para la imprenta. Acertada decisión o no, lo cierto es que Somers sigue acumulando sobre su legado capas de extrañeza.

También del lado de los rescates de valor variable, pero de lectura inevitable, ha quedado Guerra, de Louis-Ferdinand Céline, un relato escrito entre el Viaje al fin de la noche y Muerte a crédito, y que da inicio a la publicación del misterioso contenido de las dos maletas que dejó el autor al morir y que hasta 2021 estuvieron perdidas.

Entre las reediciones, dos muy valiosas: Muchachas de verano en días de marzo, de Alicia Migdal, y Ojos de caballo, de Henry Trujillo, dos escritores que, de no cultivar con tanta precisión el perfil bajo, serían ampliamente reconocidos como dos de los más altos de la literatura uruguaya de la posdictadura. Algo parecido podría decirse del poeta mayor, que reaparece tras 20 años de silencio, Elías Uriarte, que publica Summa y nos devuelve a su tierra devastada. No hay poeta más solo que Uriarte, solo como el hombre.

 María José Santacreu

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ESFUERZOS DE LOS BUENOS

Año de mucha y muy variada producción cultural en nuestro país. Brilla la música de Patricia Turnes en El disco de las plantas, la de Ángela Alves en Ofrenda, la de Sofía Alvez en Febrero, la de Ernesto Díaz en Calengo. En el cine, las propuestas documentales vuelven a destacarse por su persistencia y originalidad en la construcción de la memoria colectiva. El retrato de mi padre, de Juan Ignacio Fernández Hoppe, fue aclamada por la crítica y el público. Luz de obra, de Germán Tejeira, se destacó por su hermosa experimentación formal y el rescate de un proceso de creación único. Gurisitos, de José Pedro Charlo, trajo al ruedo la estética del documental de observación para dejar un tierno y comprometido registro de la primera infancia y el trabajo de cuidados que se despliega a su alrededor. En la ficción, dos experimentos llegaron para extender los alcances del lenguaje local: El nadador, de Gabriela Guillermo, y 18 de julio, de Catalina Marín. El cine uruguayo florece, comienza a ampliar sus métodos de producción, a salir de la solemnidad –y la mesura– de los recursos ya conocidos para refundarse como un territorio fértil e impredecible.

 Soledad Castro Lazaroff

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