Estampas entre las sierras - Semanario Brecha
Nuevo museo del grabado

Estampas entre las sierras

Está fuera de discusión la pertinencia de un museo del grabado en Uruguay. La riquísima historia de la estampa de arte en nuestro país así lo requiere. Que dicho museo esté ubicado en la ciudad de Minas y no en la metrópolis capitalina no hace más que agregarle interés.

/Thiago Rocca

La institución ya tiene una larga historia. Fue creada por la Fundación Lolita Rubial en 1999 a partir de un acuerdo con la Intendencia de Lavalleja y el Club de Grabado de Montevideo, con el apoyo de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura y el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes (IENBA, Universidad de la República), y realizó concursos, salones y giras nacionales. Pero no fue sino hasta marzo de este 2024 que obtuvo un local con las condiciones adecuadas. Hoy, la antigua estación del ferrocarril remodelada a nuevo alberga una relativamente pequeña pero significativa parte de una colección que alcanza más de 2.500 grabados originales: «Setecientos de más de 100 grabadores uruguayos contemporáneos y 1.800 de unos 500 extranjeros de 46 países de los cinco continentes, en permanente crecimiento».

Ubicado lejos del centro de la ciudad minuana, en un paraje casi rural, el museo forma parte de un complejo deportivo y cultural que concita también al público locatario.1 Aún carece de una apropiada señalización y para un forastero no resulta fácil llegar, pero con el paso del tiempo es de esperar que se vaya posicionando en la cartelería urbana y en sus correspondientes indicaciones virtuales. Apenas traspasar el umbral de la otrora oficina de AFE (Administración de Ferrocarriles del Estado), nos reciben los grandes grabados –dispuestos en paneles para optimizar el espacio– de Raúl Cattelani (1927-2015) con sus formas de animales fantásticos y figuras de reminiscencias precolombinas. Cattelani es uno de los tres grabadores destacados, pues su donación a la Fundación Lolita Rubial solo es comparable en número y en calidad a las de Pascual Grippoli (1933-2020) y Leonilda González (1923-2017). Grippoli, histórico integrante del grupo La Cantera, docente de la IENBA, incursionó en la xilografía fuertemente influenciado por el grupo germano El Puente, pero cuya rudeza expresiva «tradujo» en homenajes a sus admirados artistas otorgándoles perfiles caricaturales y grotescos. Por su parte, los grabados de Leonilda pertenecientes a la serie Novias Revolucionarias, tan mentada como en general poco exhibida, encuentran aquí uno de los puntos más altos de la exposición.

No faltan trabajos de otros referentes de largo magisterio, como Oscar Ferrando, Claudia Anselmi, Pedro Pichín Peralta, Osmar Santos, Gladys Afamado y Javier Alonso, que representan la producción actual en casi todas las técnicas habidas (xilografía, aguafuerte, linograbado, fotograbado, estampa digital, etcétera). De los extranjeros, destacan los mexicanos Ignacio Martínez Gómez y David Garza, la argentina Liliana Esteban y el húngaro Fános Lázló, con piezas de buena factura técnica. Carteles indicativos de los hitos del grabado nacional, de las distintas técnicas de impresión y de la historia misma del museo informan a los visitantes con textos claros en clave didáctica. Pese a estas bondades, se echa de menos la presencia de los autores de la primera mitad del siglo XX, no menos importantes para la conformación de las artes gráficas nacionales. Pensemos en las xilografías de Petrona Viera y de su maestro Guillermo C. Rodríguez, en los pequeños y preciosos trabajos del pionero Federico Lanau, en las finezas de Leandro Castellanos Balparda o de María Carmen Portela, por citar algunos nombres que conquistaron la autonomía del medio expresivo y lo libraron del estigma de ser considerado un arte menor. Además, para que el museo pueda denominarse como tal, deberá contar con un plan de conservación, áreas de investigación, comunicación y educación, todos aspectos a considerar. Pero el comienzo es promisorio: los grabados expuestos dan cuenta de la excelencia del grabado nacional, que nada tiene que envidiar a los más grandes exponentes del continente. 

  1. Centro Cultural y Deportivo Ángel Ugarte, del barrio Estación, Minas. Abierto todos los días de 12 a 18 horas. ↩︎

Artículos relacionados

Cultura Suscriptores
Sobre la muestra La tierra permanece

Arte, cultura y naturaleza

Cine. En Cinemateca: Dahomey, de Mati Diop

Las estatuas también viven

Linda Kohen (Milán, 1924) y Octavio Podestá (Montevideo, 1929)

Las zonas azules del arte