Ese mediodía de mayo, Nacho, de 21 años, salió para el estadio Campeón del Siglo con tres amigos, los de siempre, para ver a su cuadro. Sacaron las entradas y al llegar al lugar se separaron por el borbollón de gente. «Era común perderse y volverse a encontrar adentro», contó a Brecha Sebastián, uno de los amigos que estaba con él ese día. «Fuimos al lugar de siempre y esperamos un rato. Nacho no estaba adentro y cuando lo llamamos no atendía el teléfono». Después de unos minutos, los amigos se empezaron a preocupar.
Nacho no llegó a encontrarse con ellos dentro de la cancha porque al momento del cacheo reglamentario los funcionarios le encontraron dos petacas de whisky, se las sacaron y anularon su entrada prohibiendo el ingreso. Fue entonces que intentó «colarse» saltando un portón ubica...
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