Gracias, colega. En el preciso momento en el que miles de community managers o algoritmos reemplazan a los periodistas de todo el planeta, Seán O’Hagan se sentó delante de Nick Cave y se puso a conversar. Sin indulgencia. Con una historia detrás y algo entre manos: control y no control. Este libro, en ese sentido, justifica de una vez y para siempre la mera existencia del oficio. «Entonces, ¿pensás que la música puede transformar la forma de pensar y de ser de las personas?», pregunta O’Hagan. «Absolutamente», responde Cave. «En mi opinión, es su función principal.» «¿No es suficiente que temporalmente conmueva o eleve el ánimo de quien la escucha?», insiste O’Hagan. Sin dudar, Cave responde: «No». ¿Se entiende el punto? Cualquiera puede hacer una repregunta, pero no cualquiera puede hacer...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate