Un archipiélago provocado por una catástrofe natural en la frontera de México con Estados Unidos es el escenario elegido para que convivan los personajes de esta historia, que convergen hacia un único lugar: el Laboratorio Tecnológico y Experimental Los Leones. Este centro ensaya con mutaciones genéticas mientras sus científicos juegan a ser dioses. Un conejo que parece un xoloitzcuintle será el resultado de los experimentos y también, paradójicamente, el final de ellos. Perro es una novela de ciencia ficción que, sin embargo, no descuida para nada la realidad.
Esta novela de Marcelo Damonte se publicó por primera vez en México, en 2022. Su realización implicó todo un trabajo de investigación, ya que los personajes se comunican íntegramente en el dialecto de su región en el norte del país, por lo que el libro cuenta, incluso, con un glosario de términos para que el lector no se pierda los detalles. Por si fuera poco, entremezclados con la ficción, Damonte presenta una serie de ensayos breves que remiten a temáticas relacionadas con la novela. El autor no se conforma con presentar una lectura de por sí compleja, sino que pide al lector un poco más de esfuerzo.
El primero de estos trabajos ensayísticos es el que abre el libro. Titulado «Exordio de la isla y el archipiélago», desarrolla la idea de isla asociada a la fragmentación del mundo actual:
«La imagen de las islas y el archipiélago es esa doble representación de cercanía y alejamiento, vecindad y separación, clivaje y fusión; todo es allí, casi al mismo tiempo». Después, la ficción. Es el año 2066 y el mundo se ha ido a pique. Los personajes se irán presentando uno a uno en su decadencia hasta completar el conjunto de desgraciados a los que la suerte ha abandonado hace mucho. Un circo venido a menos, una mujer que se convierte en loba y su hijo marihuanero atrapados en un laboratorio (exmonasterio), el Lerdo, personaje al que la vida lo pasó por arriba mucho antes de Perro, y, por si fuera poco, un platillo volador, un grupo de viejos menonitas, un escritor inmortal y un conejo mutante con superinteligencia y cuerpo de can. ¿Qué podría salir mal? La novela juega con lo insólito y lo real, y la osadía de la obra radica en usar la ciencia ficción como anclaje para problematizar la vida moderna.
La violencia y la represión también son parte. En las primeras páginas, un grupo de mimos levanta un muro invisible e inútil que los separa de los militares que apuntan a sus cabezas. Para el final del capítulo, ya están todos, o casi todos, en silencio y se escuchan «algunos gritos destemplados, los de aquellos moribundos que habían olvidado su mudez de mimo y dejado para último momento la protesta humana por su mal morirse». Poco más adelante, el mundo ve por televisión los cuerpos mudos que se queman, mientras a los lectores la realidad les entra otra vez por la retina: «… pese a que la cámara estaba lejos, podían verse algunos rostros pintados que alargaban sus muecas, a medida que se iban consumiendo. […] De golpe se puso todo negro y apareció un comercial de pasta de dientes».
La novela es catastrófica de principio a fin, sin descuidar el desarrollo de sus personajes y el hilo argumental. Tarde o temprano sus historias se entrecruzan mientras el xoloitzcuintle mutante hace y deshace a su antojo. El papel de Dios se invierte y la ciencia queda al servicio del experimento: «Yo soy la única perfección. Yo soy el verbo. Soy un dios. Soy Perro». Al lector, una recomendación: leer con paciencia y prestando atención. Perro es una novela que satiriza permanentemente la actualidad desde un futuro distópico y cuasiapocalíptico, pero que, sin embargo, a pesar de los platillos voladores, tiene los pies bien parados sobre la tierra. Su lectura nos interpela y nos ayuda a preguntarnos sinceramente qué pasará cuando ya nada sea como hoy
lo conocemos.