Entre comillas - Semanario Brecha
Sebastián Marset y el levante como lugar común

Entre comillas

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Pareció «natural» que el martes 3 de junio casi todos los portales uruguayos hayan destacado una noticia que contenía como única materia prima el «comunicado» de un narcotraficante y que no hubiera allí, entre esas declaraciones, ningún valor agregado. Sebastián Marset mandó decir «respeten el narcotráfico» y alcanzaron un par de comillas y el verbo sostener conjugado en pasado. Porque Marset no «reconoció» estar en Venezuela; dijo lo que quiso con base en una estrategia de comunicación que tuvo a los medios como aliados. No pareció demasiado relevante, en el apuro, reparar en su tono, en su amenaza al periodismo, a la justicia, a la población. Aunque lo tengamos claro, la dinámica del periodismo actual esconde algo obvio: cuando un narcotraficante prófugo y buscado a nivel internacional dice algo hay que desconfiar en lugar de amplificar su versión, sin más.

Patricia Martín, a quien Marset parece haber elegido como su periodista de confianza, enmarcó la lectura del comunicado con un discurso escueto pero consecuente con relación a su anterior «contacto», cuando lo entrevistó para Santo y Seña, en uno de los ejemplares mejor logrados del infotainment nacional1: reparó en la importancia que tiene la familia para Marset –«como para cualquiera de nosotros», aclaró– y se preguntó si su comunicado era una forma de protegerla. Ese encuadre, favorecido por los comentarios de sus colegas al aire, no fue cuestionado, al menos públicamente, por otros trabajadores que pusieron en marcha el proceso en cadena, sin pausa y sin filtro, del minuto a minuto en las redes sociales. El comunicado comenzó luego a recorrer todos los medios y, en vez de ir ganando, fue perdiendo información. Algunos de quienes después se hicieron eco de la noticia ni siquiera asignaron el «crédito» a Carve, mencionaron que el texto había sido recibido por «diferentes medios» y publicado «este martes», redactaron titulares cada vez con un uso menos marcado del condicional. Martín al menos puso en duda algunas de las afirmaciones, dijo que había verificado que el comunicado era efectivamente de Marset, señaló que desconocía sus intenciones.

Me pregunto cuándo fue que nos pasó. Hasta hace no tanto, el esquema periodístico de las cinco w2 era menospreciado o considerado demasiado básico. Había acuerdo en que era clave sumarle algo más al qué, quién, cuándo, dónde y por qué. Que al contexto había que añadir voces diversas. Que para aportar a la democracia los medios debían reflejar cierta pluralidad. Pero en algún punto el periodismo se fragmentó y, paradójicamente, también se homogeneizó. Medios que representamos a todo el espectro ideológico nos retroalimentamos levantándonos unos a otros y no importa cuál da el puntapié; en pos de la inmediatez, publicamos la misma noticia, con idéntico enfoque e igual jerarquización. Ya no se intenta incluir siempre diferentes voces en una misma pieza periodística y la noticia parece haberse transformado en una obra en construcción: primero se publica un levante o la cita a otro medio de comunicación; luego aparece una segunda nota con la opinión de un jerarca o una voz autorizada que legitima las declaraciones iniciales, así sea para manifestarse en oposición; a la secuencia puede agregarse una tercera, y una cuarta, y una quinta, dependiendo de cuánto rinda el tema a lo largo de la jornada. Las notas se van solapando en cada portal informativo y el armado del puzle que conforman las distintas piezas le compete finalmente al lector.

No quisiera excluirme de esta formulación. A todos nos interesa reaccionar a tiempo, publicar rápido, ser parte de la conversación. Pero los periodistas no somos inocentes, contamos con una formación específica para hacer nuestro trabajo y el de la inmediatez no es el único modelo que logramos reproducir en cada uno de nuestros medios. La mayoría, además, todavía defendemos que si hay alguna chance de alcanzar cierta calidad informativa es a través de la pluralidad de las fuentes consultadas, el análisis, la investigación. Para ciertas «noticias», entonces, podríamos reservar abordajes más profundos. Y, sobre todo, en tiempos de vorágine e inteligencia artificial, darnos tiempo y empezar a cuestionarnos, a nosotros mismos, un poco más.

  1. La entrevista fue emitida el 26 de noviembre de 2023 en Canal 4. Con infotainment aludo, tal como se emplea en el campo de los estudios de la comunicación, a fenómenos de espectacularización del ejercicio del periodismo o construcción de formatos de entretenimiento basados en la difusión de información. ↩︎
  2. Se le denomina cinco w, por sus siglas en inglés, a la receta periodística que intenta responder what, who, when, where y why. ↩︎

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