«Hay una decisión que ni el más acérrimo antisistema de los pocos que –paradójicamente– cohabitan en el seno del Parlamento uruguayo se atrevería a tomar si alcanzara el poder: dejar de pagar la deuda externa. Así lo reconoció el líder de Identidad Soberana, Gustavo Salle, cuando se le consultó1 sobre la posibilidad de adoptar esa medida en el hipotético escenario de llegar a la presidencia. Lapidario, respondió: «Me invaden. Me invaden o me matan».
No se trata aquí de juzgar la postura del diputado, sino de subrayar el hecho de que, si la idea de suspender los pagos de la deuda resulta descabellada hasta para una figura que ha acusado a los representantes de los demás partidos de «entreguistas», ha denunciado la subordinación de sus colegas parlamentarios a agendas foráneas con fines espu...
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