“¿Alcaparras? ¿Alcancías? ¡Ah, alcaldías!”, bromeaba hace cinco años Fernando, un lector de Brecha, en respuesta a una convocatoria del semanario para que los internautas explicaran la razón de su voto en las últimas elecciones municipales. El aire venía de fronda en el FA, la fuerza política que diseñó, impulsó y aprobó el nuevo esquema: sólo el 30 por ciento de los votantes de la capital del país había respaldado con su voto el recién estrenado tercer nivel de gobierno. Ciertos antecedentes preanunciaban este resultado: la discusión sobre la llamada ley de descentralización había partido al medio al oficialismo en los días previos a su votación parlamentaria; los sectores mayoritarios, el Mpp y el Fls, estaban decididamente en contra de que la norma se aplicara en mayo de 2010 aduciendo problemas de diseño y comprensión en el grueso de la ciudadanía, mientras que socialistas y comunistas sostenían lo contrario. En aquel momento el diseño institucional de los municipios montevideanos también mostraba algunas fallas que deberían luego ser subsanadas: en un principio el FA había subdividido a Montevideo en seis alcaldías, pero varios dirigentes advirtieron luego que aquel reparto podía representar el riesgo de que el oficialismo se quedara sin alcaldes en la faja costera. Fue así que se terminaron creando dos nuevos municipios. Los resultados de la elección de hace cinco años terminaron mostrando que aquel cálculo no estaba tan errado: en el Municipio CH (Tres Cruces, La Blanqueada, Parque Batlle, Villa Dolores, Buceo, Pocitos y Punta Carretas) el FA ganó la alcaldía pero quedó en minoría (dos concejales en cinco), mientras que en el E (Malvín, Punta Gorda, Carrasco) obtuvo una ajustadísima mayoría.
El apuro en el armado del tercer nivel de gobierno determinó además que el diseño institucional quedara atado a las circunscripciones electorales, bastante alejadas de las identidades territoriales, sumado al hecho de que los votantes no pudieron cambiar su credencial para votar en su barrio debido a que el padrón ya estaba cerrado. En síntesis: los votantes de la capital tenían poderosas razones para deslegitimar el naciente sistema de alcaldías. Cinco años después, parecería que los montevideanos miran con otro interés la disputa electoral en los barrios. La lenta consolidación de los alcaldes como figuras de referencia para los vecinos, el paulatino empoderamiento del tercer nivel de gobierno y mayores atribuciones de los municipios –con potestades en la recuperación de espacios públicos o la limpieza de algunas avenidas–, son algunos de los factores que inciden para que los partidos políticos miren con renovado interés la elección municipal.
EL POZO DE ORO. Si bien en 2010 el FA compareció con candidaturas únicas a las ocho alcaldías montevideanas (todos ellos buscarán la reelección en mayo), cinco años después el oficialismo optará por más de un postulante en cuatro de los ocho municipios. Gabriel Otero (A), Carlos Varela (B), Gastón Silva (G) y Francisco Fleitas (F) serán candidatos únicos en sus circunscripciones, mientras en los municipios C, CH, D y E el oficialismo presentará entre dos y tres postulantes. Dos de estos cuatro municipios (aquellos que se ubican en la costa montevideana, el CH y el E) coinciden con lugares que cinco años atrás se presentaron más peliagudos para el FA. A nadie escapa en el oficialismo que la del CH será la batalla. No sólo porque allí se concentra el 40 por ciento de la recaudación total de la ciudad, sino también porque hace cinco años el FA obtuvo el 37,7 por ciento contra el 33,9 de los blancos y el 14,5 de los colorados. Si se tiene en cuenta que en esta oportunidad los partidos tradicionales comparecerán bajo un mismo lema, sus posibilidades parecen gozar de buena salud. En el CH el oficialismo presentará tres candidatos: el actual alcalde, Carlos Luján (inicialmente de la Cap-l y actualmente cercano a la lista 711 de Raúl Sendic), Jorge “Chileno” Rodríguez (prosecretario de la Intendencia de Montevideo desde 2005 y dirigente del Fls) y el ex edil socialista Miguel Pereira. Blancos y colorados se tienen fe para vencer en este distrito. Tres figuras del sector de Lacalle Pou (los diputados suplentes Martín Elgue, de Aire Fresco, Andrés Abt, de la lista 71, y el edil Enrique Arezzo, del Espacio 40) y una del larrañaguismo (Ana Santos, de la lista 250) comparecerán por el Partido de la Concertación a la principal batalla electoral del tercer nivel de gobierno en la capital. En un momento los blancos de Alianza pensaron en la posibilidad de que Jorge Gandini fuese candidato en el CH, una eventualidad que el ex candidato a intendente descartó tajantemente en diálogo con Brecha.
Además del CH, el Partido de la Concertación considera intactas sus chances de arrebatar al oficialismo el Municipio E, que comprende los barrios de la Unión, Malvín, Carrasco, Punta Gorda, Buceo y La Blanqueada. Según La Diaria, para esa alcaldía los blancos manejan el nombre de Nicolás Martinelli, actual concejal y hombre de confianza de Lacalle Pou. Según pudo saber Brecha, el FA comparecerá con tres candidatos: la actual alcaldesa, Susana Camarán (Mpp), Pilar Olascoaga (cercana a Banderas de Liber pero impulsada por las bases desde la Coordinadora L) y Paola Albé, integrante del grupo Magnolia, en representación de Casa Grande. Esta lógica de múltiples candidaturas también se impuso en el Municipio C –donde Miriam Rodríguez (Mpp) buscará la reelección compitiendo con Rodrigo Arcamone, actual director de Juventud de la Intendencia de Montevideo– y el Municipio D, donde la alcaldesa Sandra Nedov competirá con el ex subsecretario de Economía y Finanzas Alejandro Antonelli, del Partido Socialista. Las candidaturas a las alcaldías terminarán de aprobarse el próximo lunes, cuando sesione el Plenario Departamental del FA. Este viernes los sectores y las bases participarán de un encuentro en la sede del FA para cerrar el acuerdo político que se elevará al plenario. Enfrascados en una nueva crisis política tras la renuncia de Ney Castillo, los colorados aún no han definido los candidatos a alcalde con que comparecerán en las elecciones de mayo. De todas formas, el diputado electo Conrado Rodríguez (Batllistas de Ley) dijo a Brecha: “La idea es tener candidatos en todos los municipios, aunque no dejamos de lado la oportunidad de hacer acuerdos con otros sectores del partido”. En medio de un proceso de descomposición interna, Vamos Uruguay aún no ha resuelto qué candidatos presentará a las alcaldías, aunque fuentes del sector dijeron a Brecha que existe la determinación de comparecer con postulantes en las ocho circunscripciones de Montevideo. Enfrentado a la idea de la alianza blanquicolorada, el sector de Fernando Amado no sólo no presentará candidatos a los municipios sino que tampoco comparecerá con lista propia en el departamento de Montevideo (véase nota central).