La nueva noticia de la farándula escapa bastante a lo esperable: la esposa de George Clooney se apresta a demandar al Estado Islámico (EI). Sí, es real: no se trata de un nuevo video íntimo viral, ni de un divorcio escandaloso con peleas por custodias y yates en el Mediterráneo. Amal Ram-zi (o Clooney, luego del matrimonio) es una abogada y activista inglesa especializada en derechos humanos, y en este caso representa a Nadia Murad, joven sobreviviente a lo peor del terrorismo.
Murad vivía en una aldea de Irak, donde junto con un centenar de mujeres yazidíes –pertenecientes a una minoría religiosa considerada infiel por los extremistas del EI– fueron secuestradas en el año 2014 y vendidas a hombres que las sometieron a reiterados abusos y violaciones. La muchacha logró escapar, y hoy, con 23 años, enfrenta su pasado para recordarle al mundo que la matanza organizada y la esclavización de yazidíes –como de cualquier otra comunidad religiosa– constituyen un genocidio.
Lejos de los cócteles y banquetes que rodean al mundo del espectáculo, así como de las noticias de la prensa rosa, Ramzi, quien tiene ya una amplia trayectoria mediando conflictos políticos en Europa, se plantó junto a Murad ante la Asamblea de las Naciones Unidas y exigió a los líderes mundiales –la gran mayoría hombres– que apoyen su idea de llevar al EI a un juicio internacional. Ramzi fue contundente: “Desearía poder decir que estoy orgullosa de estar aquí. Pero no lo estoy. Me da vergüenza como defensora de las Naciones Unidas que los estados estén fallando en prevenir o incluso castigar el genocidio. Todo porque podrían verse perjudicados sus propios intereses”. Luego, en una emisión del noticiero estatal estadounidense, declaró que bombardear al grupo terrorista no es la solución: “De esta manera no acabas con su propósito. Puedes matar a los individuos, pero ese acto sólo servirá para que sus seguidores lo utilicen como propaganda para reclutar más adeptos”.
La abogada lamentó que hasta ahora no haya habido un solo miembro del grupo extremista que haya enfrentado un juicio por genocidio, y explicó que presentó una propuesta al Consejo de Seguridad de la Onu para enviar a un equipo de investigadores a Irak a juntar pruebas que puedan ser utilizadas en un tribunal penal internacional y por los fiscales nacionales para identificar sospechosos, y poder así castigarlos con sanciones financieras. Ramzi especificó que esto es urgente ya que las pruebas y los testigos podrían perderse.
En una entrevista con el programa estadounidense Today, Amal aseguró que es importante que los terroristas enfrenten un juicio para que la gente sepa la realidad de las actividades criminales y la corrupción existente, y además aseguró que es consciente de los riesgos que se corren al hacerlo, y por eso admira el coraje de su defendida.
En una reunión celebrada tras la Asamblea General, Murad, quien fue nombrada embajadora de la buena voluntad de las Naciones Unidas y está nominada al premio Nobel de la paz, se preguntó: “¿Por qué una sobreviviente como yo está golpeando la puerta de la Corte Internacional de Justicia para obtener justicia?”.