Escrito con una prosa despojada, cuya sintaxis adquiere una agilidad cinematográfica por el uso preciso –y muchas veces sorpresivo– de oraciones simples, breves y cortantes que remiten por su efectismo a las del mejor Morosoli, La subversión de la lluvia, de Martín Lasalt, no sólo narra las peripecias de Javier Sepúlveda, un ex empleado de una compañía que detenta la totalitaria administración del agua en todas sus variantes. También lo vemos transformarse gradualmente en una especie de antihéroe al provocar una lluvia de cataclismo después de varios meses de sequía deliberada sobre una población que ha sido embrutecida por la propaganda, el desabastecimiento y su consecuente condición de rehén. No falta la fragmentación de la ubicuidad y la memoria –síntoma de una civilización en ruinas– ...
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