Que los jóvenes no leen, que los jóvenes no escriben, que a los jóvenes no les interesa nada. El furor que desde hace tiempo genera la plataforma de publicación e intercambio de escritura llamada Wattpad parece desmentirlo rotundamente.
En 2014 daba en Rocha mis clases de literatura a varios grupos cuya franja etaria apenas superaba los 15 años. Un día en que terminábamos de analizar un cuento de Graciliano Ramos, se me acercó un muchacho pidiéndome si le podía averiguar el precio de una máquina de escribir. Mi cara de asombro debe haber sido algo más que llamativa, porque me empezó a explicar el motivo. Junto con otros tres compañeros, él formaba un grupo que se dedicaba a escribir cuentos y tenía miras de poder elaborar algo que se pareciera a una novela. “Para eso nos vamos en diciembre...
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