El Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (Auf) recibió el miércoles a Miguel Ángel Zuluaga, hoy jefe de seguridad de la selección y en dictadura subcomisario de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (Dnii). Su comparecencia dilató la definición del Ejecutivo dos días más, y si bien sus cinco miembros no se pusieron de acuerdo en el correr del jueves, resolvieron tomar la decisión hoy, viernes, o a más tardar durante el fin de semana. Como Zuluaga no tiene un puesto permanente en la selección sino un trabajo zafral, la resolución se dirime entre tres posibilidades: que no se lo convoque al Mundial de Rusia pero pueda ser contratado en alguna otra oportunidad, que no vuelva a trabajar para la selección de ahora en adelante o que siga desempeñando su cargo como hasta ahora. Al cierre de esta edición la balanza se inclinaba a favor de dejarlo fuera de la copa, pero aún quedaban dudas de si eso implicaría una desvinculación total a futuro.
La principal preocupación en la Auf es que nada interfiera con la preparación de la selección de cara al Mundial, motivo por el que los miembros del Ejecutivo vienen conversando sobre el tema desde que el 24 de abril recibieran formalmente el reclamo de diversas organizaciones, encabezadas por Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y Rebeldía Organizada, que pedían se lo desplazara de su cargo. Dos testimonios recabados por este semanario –el de Luis Libschitz y el de RubenWaisrub, detenidos en el Departamento 4 de la Dnii– lo identifican como subcomisario de esa dependencia en 1976. Además, tres documentos a los que tuvo acceso Brecha, disponibles en la web de este semanario, dan cuenta del rol que cumplió: el acta de un interrogatorio de 1979, el documento que resume un día de vigilancia a dos médicos austríacos en 1980, y un parte de novedades diarias sobre el allanamiento a un domicilio en 1982 (véase Brecha, 13-IV-18).
Cuando el miércoles concurrió junto a su abogado para hablar con los miembros del Ejecutivo de la Auf, Zuluaga aceptó que trabajó para la Dnii durante la dictadura, pero negó haber ocupado un rol de jerarquía o haber torturado a algún detenido. Sin embargo, firmó diferentes documentos como subcomisario y al menos un acta de interrogatorio, que en esa época eran redactados luego de varias sesiones de tortura, tal como lo explican ex detenidos de esa dependencia. En la Auf se entiende que no corresponde a esa institución dirimir cuál fue el papel que jugó Zuluaga durante esos años, pero sí garantizar que “no haya cortocircuitos” y que “la selección pueda tener la tranquilidad necesaria para prepararse para el Mundial”.