El 28 de setiembre a las diez de la noche se estrena en simultáneo, por Televisión Nacional de Uruguay (Tnu), Tevé Ciudad y el canal web Vera TV, la primera serie uruguaya producida gracias al Fondo Series Uy, que fomenta la producción nacional de series de ficción. Está escrita y dirigida por Pablo Stoll y Adrián Biniez; en el guion los acompaña el exitoso comediante y letrista Carlos Tanco.
Todos detrás de Momo es una serie policial que se ambienta en el mundo carnavalero. En la función para la prensa se proyectó sólo el primer capítulo, y el argumento parece sencillo: dos detectives, el agente Néstor Maidana y la oficial Gabriela Silenzi, deambulan por las calles montevideanas detrás de una banda de delincuentes. Fracasan en el objetivo de desmantelarla, y a partir de la muerte del “Hacha” Noccetto, un murguista legendario, se vinculan de manera casi casual con la murga La Emboscada. Entonces dará comienzo un largo periplo relacionado con la corrupción, el lavado de dinero y una investigación que tendrá como contexto el turbio ambiente del Carnaval.
La cortina musical es un hallazgo, porque trae al presente una de las canciones más extrañas del género de la murga-canción, por su ambigüedad, por su fineza; ese carácter la vuelve ideal para una serie cuyo tono también parece oscilar entre la sordidez y la comedia. Se trata de la canción “Baile de más caras”, compuesta por Raúl Castro y Jorge Lazaroff. La voz del Choncho combina perfectamente con la secuencia de títulos, en la que los colores en movimiento emulan un efecto de caleidoscopio, logrando una belleza austera pero conmovedora. Es imposible no emocionarse frente a un material ambientado en un contexto tan popular, dirigido por dos de los nombres más importantes de nuestra cinematografía, cuyas películas, sin embargo, ni siquiera rozan el Carnaval. En ese sentido es interesante la figura de Carlos Tanco, que tal vez aporta la sapiencia necesaria para que las situaciones resulten auténticas, en un universo que responde a códigos, a formas del lenguaje y del cuerpo particularísimas: maneras de ser, estar, hablar y cantar, frente a las que los espectadores no tendrán la indulgencia que sí tienen frente a rituales más lejanos, que ven en series de otros países. Los uruguayos conocemos mucho el Carnaval, y al verlo representado en pantalla entraremos a un pacto de verosimilitud muy exigente. La serie parece enfrentar el desafío negándose a una forma neta de realismo, riéndose de sí misma, evidenciando su juego con los clichés del género policial y situándose en un borde donde, aunque nos capture con su rítmico magnetismo, siempre nos deja claro que estamos viendo una ficción.
Los espacios, los personajes y las acciones están filmados con esa sencillez calculada con la que Stoll y Biniez vuelven a enmarcarse en esa estética que proponía, durante su existencia, la productora Control Z, responsable de las primeras películas de ambos realizadores. La dirección de actores está muy lograda, y el humor entra y sale de las escenas con una naturalidad sorprendente. Tal vez el riesgo sea que la lectura del Carnaval que propone Todos detrás de Momo termine cayendo en una caricatura sin profundidad, pero es imposible saberlo hasta no verla completa. E incluso si llega a ser así, estará salpicada de momentos memorables, como la escena de ese primer capítulo en la que el agente Néstor Maidana, interpretado por el excelente actor Néstor Guzzini, escucha una murga en la radio y canta con ella, compenetrado con su sonido único. Uruguay nomá.