Hace 14 años que los vecinos del Barrio Sur se organizan para festejar el Día del Patrimonio. La Casa del Vecino al Sur decidió, con gran lucidez colectiva, que lo que tenían para mostrar era nada más ni nada menos que ese género único en el mundo: el candombe uruguayo. Empezaron con las comparsas del barrio porque no tenían recursos para costear ningún traslado; este fin de semana, 14 años después, desfilarán 30 comparsas no sólo de Uruguay, sino también de Argentina: dos de Buenos Aires y una de Mar del Plata, que viene por segundo año consecutivo. Los conjuntos pagan todos los costos para poder estar, porque este desfile se propone recuperar el espíritu festivo, participativo y popular de las llamadas originales: la participación real de los vecinos, la música como lugar de encuentro, la posibilidad de habitar la calle con total naturalidad.
Ivonne Quegles, una de las organizadoras de lo que va a pasar este fin de semana en el barrio, dice a Brecha: “Las comparsas vienen desfilando y el vecino está con su sillita en su puerta y sale a bailar. No es sólo espectador, sino espectador y participante. Es completamente distinto al carnaval oficial. Yo soy nacida en el Medio Mundo, fui desalojada del conventillo Medio Mundo. Una llamada es eso: te juntás en la esquina, hacés sonar tu tambor y vienen todos tus amigos, sin importar si salís o no en carnaval. Ese es nuestro verdadero patrimonio”.
En el mismo fin de semana en que en El Prado se realizará la prueba de admisión para ver qué comparsas podrán desfilar en febrero –de 40, un jurado municipal seleccionará 20–, el Barrio Sur vuelve a demostrar que la competencia no es la verdadera base de los desfiles. “A mí en lo personal la prueba de admisión me molesta muchísimo”, afirma Quegles. “El desfile de febrero podría ser tranquilamente jueves, viernes y sábado, y les das el lugar a todas. Porque todas las comparsas pagan una inscripción de casi 60 mil pesos para poder salir en carnaval. Nuestro festejo no tiene nada que ver con la admisión. Por ejemplo, damos lugar a muchas comparsas de Movida Joven para que puedan desfilar, porque lo que importa es el valor del candombe, no las plumas y las lentejuelas. El patrimonio es el tambor, no la competencia.”
Además de organizar un gran desfile de llamadas sin vallas y sin concursos, los vecinos del Barrio Sur complementan sus festejos dedicados al candombe –ese patrimonio inmaterial de la humanidad– con un escenario habitado por artistas desde el mediodía, tanto el sábado como el domingo. Habrá conjuntos de Carnaval de las Promesas, Murga Joven, escuelas de danza de distintos géneros mostrando sus puestas, lecturas de poesía y un montón de bandas musicales, en su mayoría dedicadas al candombe. Una oportunidad increíble para disfrutar de la organización comunitaria, bailar y sentir la verdadera fuerza de una expresión cuyas raíces hay que cuidar y proteger del mercado, la competencia y el capitalismo, cada día más.