“Indudablemente cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo logrará. Pero su tarea es quizás mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga.”
Albert Camus, al recibir el premio Nobel en 1957.
Vivimos una época en la que las reglas de juego impuestas al fin de la Segunda Guerra Mundial cambian rápidamente, se redistribuyen las fuerzas y la incertidumbre impera. Las ideologías y religiones dan, como siempre, explicaciones parciales, sectarias e insuficientes, pero además no logran ser funcionales para hacer avanzar las sociedades contemporáneas. Los grandes modelos ya no están en crisis, están obsoletos. Hay demasiadas piezas en el rompecabezas, y nos abruma la complejidad. Es que estamos en la transición a una nueva época.
Sin embargo, no to...
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