No sería desacertado proponer Doble crimen como una especie de homenaje a una narrativa de fuerte corte realista, pero que a su vez se entronca con el relato popular de los pueblos de tierra adentro. En ese sentido, Fleitas Coya (oriundo de José Pedro Varela, Lavalleja) cumple su oficio de cronista y despliega a través de cuatro relatos esa herencia que maneja estilísticamente con soltura. Incluso podríamos decir que tal aspecto se evidencia en la descripción que realiza el yo narrador sobre Felicho, personaje que da nombre al cuento con que abre el libro: “Cuando hablaba lo hacía entonando las palabras, parsimoniosamente, evocando los hechos y diciendo textuales las conversaciones que evocaba. No había cómo apurarlo en las narraciones: había vivido tanto que nada podía tener urgencia o pr...
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