Me sentí sorprendido cuando, a principios de 1987,
un grupo de vecinos me solicitó un espacio en la Iglesia Metodista de la Aguada
donde pudiera funcionar la Comisión Barrial Pro Referéndum. Pensé: “Qué bueno que haya personas
que reconozcan que la iglesia está al servicio de la comunidad”. Porque parte de nuestra misión es
interesarnos por los asuntos que afectan y preocupan a la gente, ser una
“iglesia de puertas abiertas”. La Iglesia Metodista tiene una larga trayectoria
de lucha por la justicia social, de estar al lado de los oprimidos y de quienes
ven sus derechos avasallados. En un documento oficial de la Iglesia Metodista
del Uruguay, del 23 de setiembre de 1986, se decía: “No es el silencio cómplice lo
que favorecerá la pacificación de los ánimos, sino el conocimiento de la
verdad”...
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