Una exposición en el Museo Nacional de Artes Visuales pone en perspectiva la obra del pintor uruguayo Raúl Cabrera, más conocido como Cabrerita, en el centenario de su nacimiento. Y si bien, obviamente, no se trata de una introducción, es la primera vez que se reúne una obra dispersa y se alienta una mirada que ponga en segundo plano el trágico avatar vital del artista, proponiendo una revaloración que lo ubique entre los grandes maestros de la pintura uruguaya.
Al subir al primer
piso del Museo, rumbo a lo que denominan “el anillo”, nos espera un living
compuesto por dos sillones de cuerina marrón y una mesa ratona. En uno de ellos
está sentado Cabrera, visiblemente feliz, abrazando a un perro. El otro sillón,
el tridimensional, está vacío: es una invitación a sentarse junto al pintor.
Ta...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate