Distintas representaciones
de animales surcan las manifestaciones artísticas de
todos los tiempos. El interés es antiquísimo. En Occidente arranca de
Aristóteles y Plinio; los célebres bestiarios atañen al Medioevo. Jung
considera que “el animal representa la psique no humana, lo infrahumano
instintivo, así como el lado psíquico inconsciente”. Según arbitrio
generalizado, la jerarquía de los instintos simboliza, por analogía, la lucha
del bien y el mal.
El
conejo no figura entre los animales fabulosos o emblemáticos. En nuestro
imaginario, ocupa un lugar modesto pero siempre en expansión. Tienta la idea de
compilar las múltiples realizaciones que lo involucran, pero sólo apuntaré que
después del Conejo Blanco, de Alicia en el país de las maravillas
(1865), y el famoso Bugs Bunny, del dibuj...
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