Ya alcanzó la sexta edición la feria puntaesteña de arte Este Arte, que aspira a colocarse como uno de los eventos de las artes visuales más relevantes de la temporada.1 Aunque las expectativas de venta no pueden ser desmedidas, dado el contexto financiero regional, el crecimiento de la cantidad de galerías (exhibitors), que trepó de 29, el año pasado, a 32, avisa de, al menos, un moderado optimismo.
En ese sentido, se mantiene una buena presencia de galerías argentinas, como Barro, Wunsch Gallery, Popa, Pabellón 4 y Quimera, entre otras. De la región, se destacan las paulistas Aura y Mario Cohen Fine Art Photography, y la brasiliense Karla Osorio. Hay una notoria ausencia de galerías chilenas y peruanas, que otrora señalaron rumbo. También llama la atención la poca presencia de firmas de Miami. Claro que hay galerías que tienen representación en diferentes ciudades, como Del Paseo (Punta del Este, Lima), Boccara Art (Nueva York, Chicago, Londres, París, Monterrey), Kbb‑Kültur Büro (Barcelona, Buenos Aires), La Cometa (Bogotá, Medellín, Madrid), Piero Atchugarry Gallery (Garzón, Miami) y la extendida Xippas (París, Bruselas, Ginebra, Montevideo, Punta del Este). No faltan de territorios más distantes: Art Agency (Sofía, Bulgaria), Lala Contemporary (Toronto), James Howell Foundation (Nueva York), Carlier‑Gebauer (Berlín, Madrid), Plataforma Caníbal (Barranquilla), Die Galerie (Frankfurt), Reginart Collections (Ginebra), Studio Sandra Recio (Zúrich) y M F Toninelli (Montecarlo). Pero las firmas locales también tienen su lugar: Accs Visual Arts (Montevideo), Black Gallery (Garzón), La Pecera (Punta del Este), Soa (Montevideo), Galería Sur (Punta del Este), Imperiale Art Gallery (Punta del Este) y el stand institucional del Ministerio de Educación y Cultura (Uruguay), que exhibe el 58o Premio Nacional de Emilio Bianchic.
Si pensamos que en la mayoría de estos stands se exhiben obras de cuatro, cinco o más artistas, pronto obtenemos un panorama mareador de la producción visual contemporánea, con ese aire entre eufórico y caótico que suponen las ferias de cualquier rubro y cualquier parte del mundo. El programa de actividades suele ser igualmente intenso: una semana de charlas, visitas guiadas y presentaciones llevadas a cabo en el mismo centro de convenciones en el que se desarrollan la feria –un espacio bastante desangelado y fuera del circuito citadino– y las galerías locales. De hecho, para estas últimas, la feria sólo puede ofrecer una oportunidad extra de promocionar a sus artistas, pero la apuesta fuerte suele estar en sus sedes, como la exposición de Joaquín Torres García en la Galería Sur de la Barra; la Galería del Paseo, con un abanico de exposiciones rotativas; la Fundación Atchugarry, que exhibe una gran muestra de Ignacio Iturria durante todo el verano, y Xippas, que abrió un nuevo local –supo tener otro en la península, además del de la Ciudad Vieja– en el quilómetro 5 de la ruta 104 de Manantiales, es decir, en línea recta con la Fundación Atchugarry.
Esta efervescencia dura menos de una semana, como la vida de algunas mariposas, que en pocas horas cumplen su ciclo: se desarrollan, se reproducen y fenecen. ¿Mueren las ferias o se cierran las ventas? Para muchos artistas, jóvenes y veteranos, consagrados y emergentes, es la oportunidad de verse entre sí, presentar la obra directamente al público e intercambiar impresiones con galeristas, críticos y amantes de las artes. En suma, es la oportunidad de enseñar el trabajo hecho muchas veces en la soledad del taller, en busca de una compensación no sólo económica, sino también por el costado social, luego de la labor introspectiva de creación. Para el campo del arte, que mueve mucho más que las pulsiones de los artistas, es un signo necesario de vitalidad y salud, incluso cuando las expectativas no se cumplan totalmente.
1. Punta del Este Convention & Exhibition Center. Avenida Pedragosa Sierra, esquina Aparicio Saravia, Punta del Este.