El caso del vino envenenado, un complot que en 1978 pretendió eliminar físicamente a tres principales dirigentes del Partido Nacional, tuvo dos víctimas: una, la señora Cecilia Fontana de Heber, madre del actual ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y otra, el proyecto del entonces comandante en jefe del Ejército, general Gregorio Álvarez, para una «salida» política. El plan consistía básicamente en desplazar al «presidente» Aparicio Méndez y proclamar un triunvirato de gobierno, con el Goyo como cabeza y con dos personalidades civiles, una blanca y otra colorada, como comparsas de un cuplé democratizador.
En la óptica de los asesinos, la muerte de Cecilia Fontana fue un «daño colateral». Las tres botellas de vino blanco Los Cerros de San Juan (a las que se les introdujo, mediante una...
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