La decisión se dio a conocer a través de la red social Twitter. El entonces presidente electo, Luis Lacalle Pou, utilizó su cuenta personal para anunciar que la coalición multicolor había llegado a un acuerdo y competiría en la elección departamental de Montevideo con candidatura única. La decisión causó sorpresa, incluso en filas de los socios multicolores: la elegida era la economista Laura Raffo.
Se trataba de una outsider pero con estrechos vínculos con la política partidaria. Hija del exministro de Transporte Juan Carlos Raffo, no era militante pero sí votante del Partido Nacional (PN), y tenía amistad con varios dirigentes nacionalistas, entre los que estaba el actual presidente. Fue él quien la convenció de dar el salto a la arena política, tras 20 años en la actividad privada –ocupó cargos gerenciales en varias empresas nacionales e internacionales– y un pasaje por la televisión como analista de economía en Telemundo, el informativo de Canal 12.
Tenía cuatro meses para consolidar una candidatura que partía en desventaja. La pandemia de covid-19 y la consecuente postergación de las elecciones le dieron un poco más de tiempo y una mayor exposición mediática. Finalmente, su votación estuvo dentro de los márgenes habituales de la oposición montevideana. La coalición multicolor –que compitió bajo el lema Partido Independiente– obtuvo el 40 por ciento de los votos, un leve crecimiento en comparación con 2015 (37,8 por ciento), pero lejos de la votación del Frente Amplio (FA), que ganó el gobierno departamental por séptima vez consecutiva.
Según el politólogo Antonio Cardarello, el crecimiento electoral de la oposición de la mano de Raffo fue relativo, ya que la última elección también mostró un crecimiento del FA, que pasó del 49,8 por ciento en 2015 al 52 por ciento en 2020, por lo que la diferencia entre ambos bloques «se mantuvo». Sin embargo, esa campaña –que terminó en derrota– la posicionó como una de las candidatas de la oposición para 2025, una especie de paralelismo con lo que ocurrió en la campaña del actual presidente en 2014, afirmó Cardarello.
En este sentido, el analista concluyó que a diferencia del empresario Edgardo Novick (Partido de la Gente), que tras su buen desempeño en la elección departamental de 2015 «quiso jugar en las grandes ligas», Raffo parece concentrar sus aspiraciones políticas en el plano departamental, con la intención de disputarle la hegemonía capitalina a la coalición de izquierdas. Sus acciones posteriores a la elección parecen confirmar esa intención.
Raffo tenía un acuerdo con Lacalle Pou para ocupar un lugar en el actual gobierno. Al aceptar ser candidata a la Intendencia de Montevideo renunció a su puesto como directora del Banco Santander Uruguay, por lo que el mandatario le reservó un cargo en la estructura gubernamental, como presidenta de República AFAP. Pero, finalmente, la excomunicadora desistió de esa oferta laboral: «Mi futuro está aquí con la gente que me acompaña, trabajando por Montevideo», afirmó.
Tras la elección departamental, se acercó definitivamente al PN. En estos meses, fue electa presidenta de la Departamental del PN y lidera el Centro de Estudios Metropolitano Andrés Abt, un think tank nacionalista que analiza propuestas para la capital, cuyo lanzamiento contó con la presencia de la intendenta Carolina Cosse. «Es una mujer capaz, muy inteligente, que logró un contacto con la gente y que hizo una opción dentro de la política de no aceptar un cargo público y trabajar cinco años por Montevideo. Eso es muy importante, hace mucho tiempo que no ocurre», dijo el edil nacionalista Javier Barrios Bove a Brecha.
En estos meses, Raffo intensificó su trabajo político: conformó un grupo con ediles, alcaldes y concejales nacionalistas para estudiar asuntos de la coyuntura capitalina, incluido el análisis del presupuesto quinquenal presentado por la Intendencia de Montevideo. Se reúne periódicamente con los diputados del PN electos por Montevideo, y cada tanto visita la Torre Ejecutiva para hablar «pico a pico» con el presidente y con otros referentes del gobierno, como el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado.
También comenzó recorridas por los barrios periféricos de la capital, el «Montevideo olvidado», según su eslogan de campaña. Esta semana estuvo en el asentamiento Torre 8, próximo al barrio Conciliación, donde destacó, entre otras cosas, la inminente regularización del servicio de energía eléctrica a través de un plan de UTE. En esa recorrida utilizó un tapaboca negro con el escudo del PN.
Estos gestos, sin embargo, comenzaron a distanciarla del resto de los socios de la coalición multicolor. Desde el Partido Colorado (PC), se entiende que Raffo realizó una buena campaña de unidad, con contactos permanentes con dirigentes de la coalición y asistiendo a actos y reuniones de todos los partidos políticos. Pero poco después de la elección se alineó con el PN y se transformó en una eventual candidata de esa colectividad.
La idea extendida entre buena parte de la dirigencia multicolor es reeditar en 2025 el acuerdo interpartidario para competir en la elección departamental montevideana bajo un mismo lema, aunque aún no hay claridad sobre la herramienta adecuada para hacerlo. Sin embargo, habrá competencia interna. «En la última elección no hubo tiempo para generar tres candidatos, se había hecho mucho esfuerzo en la elección nacional. En principio, esta vez la idea [del PC] es poder presentar un candidato propio», afirmó el diputado Conrado Rodríguez a Brecha.
Según Rodríguez, su partido viene trabajando muy bien a nivel departamental, con el objetivo de «reconstruir la impronta colorada en Montevideo», con vistas a tener una mayor presencia en la capital. Parte de este trabajo fue el lanzamiento del Instituto Joaquín Suárez, un think tank propio, que apuesta a ser una usina de ideas para enmarcar el trabajo político del PC de cara a la elección de 2025.
Ese trabajo, indefectiblemente, requerirá posicionar a un candidato para competir electoralmente con aspiraciones reales de ganar el sillón del Palacio Municipal. Si bien Rodríguez afirmó que para eso «falta mucho», en la interna colorada entienden que parten en desventaja con sus socios nacionalistas. Sobre todo por la figura de Raffo. «Quienes quieran ser candidatos van a tener que legitimarse, primero que nada, dentro de sus partidos, y después con la gente […] Ella ya recorrió ese camino, ya se posicionó», admitió Rodríguez. Pero igualmente en filas coloradas existe confianza en que ese trabajo en el territorio pueda revertir la desventaja: «Los montevideanos fueron históricamente colorados», apuntó Rodríguez, por lo que una candidatura fuerte puede hacer retornar muchos de los votos perdidos en estos años.
Desde Cabildo Abierto, en tanto, consideraron que la elección departamental «está muy lejos» y que, por ahora, no se está pensando en reeditar el acuerdo de cooperación electoral en Montevideo ni en eventuales candidatos. No obstante, el objetivo es tener candidatos propios en todos los departamentos, incluida la capital, afirmó el senador Raúl Lozano a Brecha. Su partido, según señaló, no se fijó plazo para definir cuál será su estrategia en la futura contienda electoral: «No estamos en ese momento».
Según Barrios Bove, la existencia de múltiples candidaturas sería positiva para competir «contra las cooperativas de votos» que presentó el FA en las últimas dos elecciones. Y agregó que Raffo se perfila como una eventual candidata para esa instancia, a partir de su decisión de trabajar por Montevideo y su estrecha relación con Lacalle Pou. «Hoy es la presidenta de todos, estamos todos encolumnados, trabajando con ella y apoyando su presidencia», dijo Barrios Bove, en referencia al cargo de Raffo en la interna. Sin embargo, lo que puede pasar de cara a la elección de 2025 es una incógnita, ya que de la gestión del gobierno «puede surgir otro nombre» que genere consensos en la interna partidaria. Lo cierto es que, por ahora, Raffo es mano; en el futuro se verá.