Inyectables, calmantes, paracetamol, dipirona «y chau». Lucía1 está privada de libertad en la Unidad 5, la cárcel de mujeres, y dice que la atención médica allí es «pésima» porque todo se soluciona a inyectables, calmantes, paracetamol, dipirona «y chau». Pero después de las nueve de la noche el acceso a la salud no se reduce ni a la medicación: «Los médicos no dan corte. “Cuando vengas con la cabeza en la mano, te atendemos”», asegura que dijo uno de ellos.
En la Unidad 5, cada piso tiene a una privada de libertad que oficia de delegada y anota las necesidades médicas de las demás del área. La lista pasa a los funcionarios. La lista pasa a Enfermería. Y en Enfermería se decide en qué momento se empieza a atender. Según cuenta Lucía, Medicina General tiene, además, un día específico para c...
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