A la ansiedad se la tragó la sorpresa. Si hasta pocas horas antes de la elección la duda era si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva conseguiría los votos suficientes para ganarla en primera vuelta, a medida que avanzaba el conteo de votos se fue revelando una verdad incómoda: la fuerza electoral del bolsonarismo fue, una vez más, subestimada. Ni la encuesta Atlas, publicada el día anterior y que pronosticó la votación más alta de Jair Bolsonaro (41,1 por ciento), pudo predecir el porcentaje final; el mandatario terminó alcanzando 43,4 por ciento. La abrumadora mayoría de las encuestas consiguió detectar correctamente el porcentaje de Lula, que obtuvo aproximadamente 6 millones de votos más que su competidor.
El resultado es una especie de victoria agridulce para el líder del Partido ...
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