Fue un niño vocacional del arte que encontró en las maestras uruguayas un bastión en el que sostenerse y despegar. Un joven talento cuyo dominio de los signos y grafismos le permitió, en plena ola informalista, cautivar al medio local. Obtuvo becas para estudiar en Brasil y luego en Francia, donde se afincó y continuó con una producción figurativa minuciosa y sorprendente. Representó a Uruguay en la bienal de Venecia. Ganó premios y participó en exposiciones en galerías, museos y bienales de América del Sur, Estados Unidos, Europa y Asia. A mediados de los años setenta se adentró en la selva de los pinceles y comenzó a crear una pintura que aborda las problemáticas políticas del continente americano desde una perspectiva mitológica y onírica, plena de humor y sarcasmo. Estuvo algunas seman...
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