En el gobierno y en la fuerza política, vuelven a aflorar las discrepancias respecto a la política de transgénicos: dos sectores del Frente Amplio reclaman que se paralice la habilitación de nuevos cultivos, el Mgap pretende continuar con las aprobaciones y en la Dinama prima la opinión contraria al ministerio. La tecnología en cuestión, en este momento, es un trigo genéticamente modificado, propiedad de empresas vinculadas al argentino Gustavo Grobocopatel y al uruguayo Juan Sartori.
La comercialización de
trigo transgénico no ha sido aprobada en ningún lugar del mundo. Pese a los
repetidos intentos de las empresas de biotecnología, la negativa de los países
se ha mantenido, al menos por ahora. La soja, semilla transgénica pionera y la
más desperdigada por el mundo, se usa mayormente para...
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