El evangélico uruguayo más destacado del siglo XX, el pastor Emilio Castro, escribía en el semanario Marcha, fue uno de los fundadores del Frente Amplio, resistió la dictadura, fue empujado al exilio. En lo que va del siglo XXI, el evangélico más renombrado en Uruguay, el apóstol Jorge Márquez, es dueño de medios de comunicación, logró una banca en el Parlamento para su iglesia gracias al Partido Nacional, se opone al aborto legal, el matrimonio igualitario y la ley integral trans.
La comparación –del investigador especialista en religiones Nicolás Iglesias– sirve para graficar “el cambio de paradigma. ¿Cómo puede ser que en las primeras dos décadas del siglo XXI el evangélico más relevante tenga signos políticos e ideológicos tan distintos a los del pastor más importante de las últimas dé...
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