Casi 300 millones de vacas eructan millones de toneladas de metano entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Para hacer lugar a tantas vacas que terminan mayormente en platos europeos, chinos o estadounidenses, durante las últimas dos décadas la industria avanzó su frontera sobre ecosistemas claves, como la Amazonía o el Chaco.
Pero mientras que la deforestación es una bestia a la que se intenta domar a través de regulaciones cada vez más estrictas desde los gobiernos y los mercados, el metano eructado es el verdadero talón de Aquiles de la industria ganadera sudamericana y mundial. La agricultura y la ganadería a gran escala son los mayores productores del metano que incide en el cambio climático.
El metano es rápido y furioso: dura poco en la atmósfera, pero calienta mucho más que el ...
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