La nueva sede, ubicada en Canelones 1084, supone un cambio significativo para la institución, que había funcionado desde sus inicios en distintas locaciones que no le eran propias, en espacios que no eran adecuados para la oferta académica de la Escuela. Este edificio, que pertenecía a la Comunidad Israelita del Uruguay, es una construcción con valor patrimonial diseñada por los arquitectos Isidoro Singer y Enrique Besuievsky. Singer, que diseñó también el Auditorio Nacional Adela Reta del SODRE, ha ayudado en las reformas para que la sede sirva tanto como un teatro abierto al público, con sus dos salas, como para el desarrollo de una escuela de formación artística. El 29 de enero de este año, la Intendencia de Montevideo (IM) firmó un acuerdo para la compra del edificio, que finalmente se inauguró con la presencia de autoridades, docentes, alumnos y artistas invitados a fines de mayo. En un contexto regional en el que hay recortes en los fondos destinados a la cultura, la inauguración es una gran señal de apoyo político a la formación artística, además de constituir un reconocimiento a la escuela de formación teatral más antigua de América del Sur y la única pública en Uruguay.
La concreción de la compra del edificio se viene proyectando desde hace tres años. Débora Quiring, directora de Promoción Cultural de la IM, contó a Brecha: «Durante tres años, la intendenta Carolina Cosse tomó como prioridad atender la necesidad de una nueva locación para la escuela, y después de un largo proceso de búsqueda, con la adquisición del edificio de la Kehilá, se ha logrado dar respuesta a una demanda histórica. Se buscaron fondos presupuestales propios para hacer la compra (a partir del remate y enajenación de un predio que la IM tenía sobre la calle Rondeau), y luego, con votos de la mayoría, la Junta Departamental autorizó la inversión. Así se ha jerarquizado a la EMAD [Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático], apostando por la educación pública y la formación artística, y abriendo nuevas posibilidades de crecimiento, además de lograr su integración al circuito de centros culturales y salas del centro».
Acerca del gran aporte de contar con un edificio propio y acondicionado para las necesidades de la Escuela, su directora, Laura Pouso, expresó a Brecha: «Contar con espacios amplios permite empezar a pensar en la enseñanza desde una óptica distinta. Porque estar funcionando en pequeños espacios o salas reducidas condiciona la formación. Los exámenes de la EMAD tienen un nivel muy importante, basta ver registros de fotos de los exámenes recientes, son espectáculos profesionales. No es lo mismo hacer un espectáculo para 30 personas que poder contar con una sala como la que tenemos ahora, llamada María Azambuya, que tiene 350 localidades. También tenemos una sala de cámara llamada Estudio Levón, para 60 personas, y una serie de espacios que dan lugar a pensar en planteos alternativos. Eso va a cambiar la forma de diseñar y realizar la escenografía, el vestuario, la iluminación y la actuación; va a cambiar la manera de percibirnos».
Hoy en día, la Escuela tiene cuatro carreras en su oferta académica: Actuación, Diseño Teatral, Tecnicatura en Dramaturgia, Diplomado de formación en docencia de teatro y expresión corporal, y una extensa oferta de formación continua. Pouso destaca que la nueva sede va a permitir una ampliación en este sentido: «Primero, vamos a dedicarnos a la mudanza y el reacondicionamiento de los espacios. Estamos trabajando con el equipo docente y el equipo técnico de mantenimiento para repensar los espacios entre nosotros, y hay un proyecto arquitectónico para realizar algunas reformas, del que se está encargando la arquitecta Gabriela Macellaro –que es del equipo de la intendencia y, además, es egresada de la Escuela–, en diálogo permanente con Isidoro Singer, que siempre está colaborando. Ya hay cursos que están funcionando aquí y el año que viene se va a revisar el plan de estudios, que ya tiene 11 años. Hoy asisten a la escuela un total de 563 personas entre todas las carreras y la formación continua. En esta modalidad, ofrecemos formación en nuevas tecnologías para montevideanos y alumnos de la comuna canaria. También ofrecemos una formación en modalidad sincrónica, pero virtual para localidades más distanciadas del país; así, damos clases a futuros técnicos en iluminación, sonido y diseño teatral. A su vez, incorporamos teatro inclusivo y vamos a incorporar actuación frente a cámaras y creación teatral para jóvenes audiencias».
En la inauguración, además de Laura Pouso, estuvieron presentes el intendente interino, Mauricio Zunino, Carolina Cosse, la directora del Departamento de Cultura, María Inés Obaldía, Débora Quiring y los actores Estela Medina y Levón, además de muchos alumnos y egresados de la escuela. Ese día se realizó un recorrido animado por personajes característicos del teatro que encarnaban estudiantes de todas las generaciones, y se pudo apreciar una exposición de trajes confeccionados en papel y maquetas de escenografías realizada bajo la curaduría de los docentes Gerardo Bugarín y Claudia Coppetti. En la nueva sala María Azambuya, que aún está en proceso de reacondicionamiento, se presentó una muestra de nuevas tecnologías recién incorporadas al plan de estudios, como el mapping. El Estudio Levón se llenó de música en vivo: varias canciones del repertorio de Brecht fueron interpretadas por estudiantes, con dirección de Sara Sabah. El recorrido también mostró la sala de ensayos, el aulario y las oficinas del primer piso, en las que ya se están dictando cursos. El segundo piso será la sede del Programa Teatro en el Aula, que recorre centros educativos de Montevideo con distintas obras. El tercer piso y las áreas del subsuelo alojarán, en pocas semanas, nuevos talleres, almacenes y cursos.
Sobre las nuevas salas para funciones, Pouso destacó: «Van a permitir que haya más extensión de los exámenes de segundo ciclo de la carrera, a los que llamamos práctica profesional. Son exámenes con público, con entrada gratuita. No vamos a descuidar el poder hacer territorio, que es parte de la formación, pero también es necesario tener la posibilidad de hacer funciones de los exámenes para que los vea más cantidad de gente. Así, los estudiantes tendrán que enfrentar distintos públicos, no solamente los más cercanos. Es bueno que la gente nos visite, seguramente para el día del patrimonio hagamos una jornada de puertas abiertas y un evento de presentación de las carreras de forma más importante, como antes se hacía el día abierto de la EMAD. Cuando las dos salas estén puestas a punto y puedan recibir público externo, podremos tener en cartelera espectáculos de egresados recientes de la institución».
Son claras las posibilidades de expansión y crecimiento que esta nueva sede aportará a la formación artística pública en artes escénicas. En este sentido, Quiring subraya: «Siempre sentí el amor, el profundo entusiasmo con el que actores y actrices, con el que artistas de esta ciudad hablaban de la EMAD. Y junto con esa pertenencia, siempre planteaban la incomodidad por las condiciones edilicias que tuvieron que sobrellevar desde que dejaron el Solís. Por supuesto que las autoridades no nos creemos ni definitivas ni mesiánicas: desde lo profundo de nuestra voluntad, esto se trata de poner un escalón de ascenso, una sensible mejora; un edificio ideal, pedagógico, en el que se formarán las futuras generaciones. Ahora empieza el verdadero camino, la etapa de formar la nueva Escuela».