La tríada que ha conducido el Frente Amplio (FA) en las últimas dos décadas hoy supera los 70 años y ronda los 80. Tabaré Vázquez, con 76 años, es el actual presidente, Danilo Astori, de la misma edad, ocupa el ministerio de Economía, mientras que José Mujica, actual senador, ha cumplido 81 años. Los dos últimos son líderes de los sectores más importantes de la coalición de centroizquierda. Por eso el FA es el partido político uruguayo que presenta el mayor envejecimiento de sus principales referentes. Tal realidad es demostración de las dificultades en la renovación de los liderazgos, cosa que no ha ocurrido en los partidos de oposición, donde los líderes históricos no ocupan cargos en las direcciones partidarias ni son legisladores y han sido suplantados por otras figuras, sin mayores conflictos, aunque la emergencia de los nuevos no se manifieste en caudales de votantes como los que tuvieron sus predecesores.
Por eso, dentro de la fuerza política de gobierno, existe preocupación tanto por los posibles candidatos presidenciales para 2019 como por los relevos a nivel de los cargos ejecutivos y dentro de los propios sectores que la componen.
Desde hace aproximadamente tres años se suceden una serie de reuniones informales, algunas conocidas por el menú de los encuentros. Así se habla de las pizzas a la parrilla. Una característica de esas conversaciones es la composición variopinta de los que a ella concurren (véase Brecha, 24-VII-15). Por ejemplo, los habitués de las pizzas a la parrilla son el intendente de Canelones, Yamandú Orsi (Mpp), el intendente de Montevideo, Daniel Martínez (PS), el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri (Fls), el diputado y vicepresidente del FA, José Carlos Mahía (Fls), el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo (Fls), el ex diputado comunista Óscar Andrade (hoy dirigente del Sunca), la subsecretaria de Salud, Cristina Lustemberg (711), y esporádicamente el director de la Opp, Álvaro García. En otras ocasiones han concurrido los diputados Alejandro Sánchez (Mpp) y Gonzalo Civila (PS).
A este grupo, según fuentes frenteamplistas y varios de sus participantes, no los unen elementos ideológicos o políticos. Incluso se recuerda que desde ese ámbito no ha surgido ninguna iniciativa política. Sin embargo, se especula que se trata de un espacio de “creación de confianza” entre los presumibles sucesores de los actuales liderazgos. Entre los participantes hay algunos que tienen pretensiones presidenciables, como Martínez, pero el grupo como tal no ha tomado decisiones al respecto. Sí se sabe que Orsi iría por la reelección en su departamento. En la jerga frenteamplista se los llama los sub 60 o los “cincuentones” y se presume que apuestan a una nueva configuración para el Frente que vendrá, con el declive de la tríada. Esa parece la argamasa que motiva los encuentros.
Otro aspecto que señalan algunos politólogos es que más allá de las confianzas a crear entre pares, tras la desaparición física o política de los líderes históricos, existe la intención de generar las condiciones que eviten el regreso de la derecha, a sabiendas de que esa posibilidad generaría el retroceso de las transformaciones iniciadas en 2005. Pero, por otro lado, también se habla del “instinto de conservación”, un síntoma asociado a los partidos que por períodos prolongados se mantienen en el gobierno. La posibilidad de perder la conducción del país, tras 15 años de ejercerla de manera interrumpida, hace que varios cuadros que no están relacionados con cargos electivos busquen espacios y estrategias para no perder los lugares ganados en la administración nacional. “Es bravo volver a las ocho horas, después de perder contactos y destrezas en tu oficio”, dijo a Brecha un dirigente frenteamplista que no participa de las reuniones.
Todos los análisis coinciden en que existe en ese tipo de reuniones una intención de crear el pos Frente que sucederá a la inevitable cesación de la tríada (aunque ella todavía persiste en sus intenciones políticas). Mujica, que niega la posibilidad de ser candidato a la presidencia, habló de dos presidenciables: Astori y Martínez (Búsqueda, 6-X-16). Sin embargo, al actual ministro de Economía le ha asomado un probable competidor, el presidente del Bcu, Mario Bergara (véase nota central). Lo cierto es que las “pizzas a la parrilla” tienen como Leitmotiv la incapacidad de los liderazgos actuales para prefigurar las sucesiones.