La primera acepción que da la Rae para la palabra “esquirla” es la de astilla de un hueso desprendida por caries o por fractura; en la segunda entrada, el universo de significación se amplía para señalar que también puede referir a la astilla que se desprende de una piedra o de un cristal. Se me ocurre que es la esquirla la mejor imagen para representar el reciente libro del brasileño Rubem Fonseca (Minas Gerais, 1925), Historias cortas, compuesto por treinta y ocho astillas que parecen desprendidas de un cuerpo o de un objeto mayor, como esos minúsculos fragmentos de vidrio que uno encuentra, semanas después de la rotura del objeto, incrustados entre los pliegues de una alfombra o bajo la pata de algún mueble. Además, lo de esquirla se subraya por el corte violento de la mayoría de la his...
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